La atmósfera política que envuelve el presupuesto del INE está enrarecida. Como pocas veces hemos visto, hay una batalla política entre el INE y gobierno en torno a los recursos asignados para el 2022. Un sector de los consejeros del INE se ha puesto en clara rebeldía ante Morena y amaga con no garantizar realizar, o proceder a medias, la consulta ciudadana sobre la revocación de mandato.
Hay una máxima histórica: cuando las cúpulas políticas se hacen la guerra quien pierde es la democracia. La cantidad solicitada por el INE asciende a casi 25 mil millones. Equivale a un presupuesto en tiempos de elección federal como la que se hizo en 2018 en la llamada “la más grande de la historia”. Ante la negativa de Morena, Córdova y Murayama recurrieron a quejarse en los medios.
En el fondo, prima una narrativa desafortunada. Ciro sentencia la conspiración morenista: quieren que el INE fracase para arrasarlo. El presidente López Obrador, en una mañanera, pide se amarren el cinturón. El presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar, entra a la polémica y afirma que la falta de presupuesto no puede ser excusa para no cumplir con sus obligaciones.
El pasado viernes, el Consejo General del INE suspendió la sesión ante la protesta del representante suplente de Morena, Eurípides Flores Pacheco, quien intentó dar un pronunciamiento contra los posicionamientos mediáticos de Lorenzo Córdova. Flores Pacheco calificó de mentiras las posturas del consejero presidente del INE en medios, quien anunció acciones jurídicas por el recorte presupuestal de 4 mil 913 millones para el 2022.
La confrontación Morena- INE, puede simbolizar el asesinato en masa de la democracia y el desencanto de la participación. Estamos ante un homicidio social, no ante el progreso de un debate de altura. Humberto Musacchio, sostiene que el IFE/INE es una conquista ciudadana de la Izquierda. Pero desde hace varios sexenios se han levantado voces solicitando disminuir los presupuestos electorales.
El INE se ha convertido en un elefante burocrático insostenible. En un país de pobres, es ofensivo tener gastos electorales monumentales, en especial cuando los partidos se niegan a renunciar a sus prerrogativas porque éstas constituyen un lucrativo negocio para sus dirigencias, quienes manejan los fondos partidarios. La confrontación nos vuelve estúpidos porque no hay ni vencedor ni vencido. Todos nos perdemos.
Bernardo Barranco
Especialista en asuntos religiosos y electorales