Cuando se estaba reformando El Palacio de los Palacios en Polanco, me llamó la atención leer un cartel que decía “Cuidado, hombres trabajando” y ver en la banqueta que todos los cascos de obra estaban arriba de la cabeza de una mujer.
La presencia femenina en el mundo laboral mexicano —con las mismas oportunidades, remuneraciones y planes de carrera— no ha avanzado mucho en los últimos tiempos.
Solo 47% de las mujeres en edad laboral está trabajando versus 67 por ciento, que es la media de los miembros de la OCDE, lo que deja a México en el puesto 66 entre 144 países en el reciente Global Gender Gap Index. Es más, en el país ha decrecido el porcentaje de profesionales, aunque ha crecido en el resto de Latinoamérica.
AT Kearney realizó en el último año diferentes eventos (bautizados Gender Diversity Series) para entender la problemática y ofrecer algunos hallazgos. A escala global, la consultora lleva diez años realizando dos estudios muy sólidos al respecto: Women Matter and Women in the Workplace series.
El capítulo mexicano, a cargo de Ricardo Haneine, hizo estos foros para entender por qué la participación y la remuneración de las mujeres sigue rezagada y con aquilosados paradigmas.
Algunos datos importantes del white paper que resultó de estas reuniones son poderosos:
• A medida que aumentan los salarios en el país, baja la presencia de mujeres.
• 64 por ciento de quienes ganan un salario mínimo son mujeres, mientras que 69 por ciento de los hombres gana más de cinco salarios mínimos.
• Las mujeres dedican, además, casi 30 horas de trabajo doméstico a la semana, mientras que los hombres solo 9.7.
• Los hombres prefieren trabajar con hombres, lo que crea una barrera de crecimiento profesional de las mujeres en las empresas.
• El país sigue muy rezagado en términos de maternidad y paternidad y solo la mitad de las mujeres en empleos formales (menos de la mitad de las que trabajan) accede a una licencia pagada.
• Los estereotipos que arrastramos juegan en contra: las mujeres no se animan a tomar riesgos, la culpa de muchas mujeres exitosas por no dedicarse solo a educar sus hijos.
• El balance casa y trabajo sigue siendo uno de los factores de deserción laboral.
• Hay mayor búsqueda de equidad en multinacionales que en empresas mexicanas
• Las mujeres deben trabajar más que sus pares para lograr reconocimiento.
Como muchos otros temas de inclusión, los motores son multifactoriales: desde el gobierno impulsando paridad (desde la educación hasta leyes de no discriminación), así como una equitativa participación en puestos públicos, hasta las empresas que, entendiendo los beneficios, busquen flexibilizar su forma de trabajo hasta ser igualitarios en mismos sueldos por mismas tareas (sin poner el género como una variable).
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