Albert Camus, originario de la Argelia francesa, es uno de los grandes representantes del existencialismo. En su obra La Peste, el autor francés nos narra cómo los habitantes de la ciudad de Orán vivían tranquilamente; sin embargo, una mañana se percatan que a lo largo de toda la ciudad hay ratas muertas.
Al principio no le dieron la menor importancia; sin embargo, la preocupación llegó cuando días después se incrementa el número de ratas muertas. El consejo de sanidad declaró la peste de ratas y con ello la cuarentena de la ciudad que arrojó muchas personas muertas.
La Peste de ratas es una metáfora utilizada por Camus para describir la llegada de los nazis al suelo francés cuando lo invadieron durante la segunda guerra mundial; es decir, la peste de ratas es una parábola relativa a cuando una persona o un grupo de personas imponen un régimen político de sometimiento y destruyen sus instituciones democráticas. Esta obra nos sitúa delante de nuestro espejo moral, y nos obliga a mirarnos a nosotros mismos, y ver si nos reconocemos o no. Nos lleva a una reflexión que trasciende y nos ayuda a pensar críticamente sobre nuestro comportamiento. Para Camus, la epidemia de peste que describe no es sino el motivo literario para la reflexión filosófica que le importa: el mal existe en este mundo, y nada podemos hacer para eliminarlo de raíz, por completo, pues siempre volverá, como sucede con otras enfermedades más terrenales o naturales.
Creemos que hemos acabado con ellas, pero de una manera u otra siempre vuelven, y nos golpean con una violencia inesperada. Lo que importa es cómo comportarnos y analizar el alcance moral de nuestras decisiones. Es difícil, en nuestra realidad, no vernos reflejados en esta obra. La Peste pone a prueba nuestros valores. No todo acaba con el fin de la plaga, pues es mucho más difícil reconstruir que destruir.
Albert Camus nos pone de manifiesto la conducta que asumen las personas cuando se enfrentan a una peste de ratas. Un sector se enfrenta a la peste, lucha contra la peste y trata de encontrar una cura para erradicarla; pero también tenemos otro grupo que, ante las atrocidades de la peste, deciden huir o esconderse en sus domicilios creyendo falsamente que ahí la peste no les va a alcanzar. También tenemos la conducta ruin y deleznable de las personas que sacan provecho de la peste como la de los comerciantes que subieron estratosféricamente el precio de sus mercancías de primera necesidad.
La presidenta Claudia Sheinbaum tiene ante sí una coyuntura difícil: definir hasta dónde está dispuesta a ceder en las negociaciones con la CNTE. El éxito tiene un precio. En su afán por arrasar en las elecciones, Morena prometió mucho a muchos y generó expectativas que serán difíciles de cumplir.
Lo cierto es que nos creíamos libres, pero nadie será libre mientras haya plagas