Cultura

El poder del perro

  • La pantalla del siglo
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  • Annemarie Meier

Con enorme gusto nos enteramos del estreno de la película El poder del perro (The Power of the Dog) de Jane Campion en el Festival Internacional de Cine de Venecia ya que teníamos varios años esperando con suspenso una nueva película de la realizadora neozelandesa. Jane Campion nos había impactado con Un ángel en mi mesa (1990) y El piano (1993). Su nuevo filme El poder del perro que ganó el León de Plata a mejor director en Venecia es producido por Netflix y llegará en noviembre a las salas de cine y en diciembre al streaming. No hay duda que Jane Campion aprovechó el apoyo de la plataforma para crear una película para la pantalla grande ya que adaptó una historia del escritor estadounidense Tomas Savage para crear un filme al estilo de un Western que sucede en un rancho ganadero, muestra caballos, reses, vaqueros e inmensas praderas en medio de un paisaje que quita el aliento. “Montana 1925”, leemos al inicio del filme estructurado en capítulos y producido en locaciones en el sur de Nueva Zelanda.

Con El poder del perro Jane Campion se centra por primera vez en personajes masculinos cuyas conductas, deseos, rivalidades y enfrentamientos observa y narra como thriller. Los vaqueros que vemos trabajar, montar a caballo, arrear reses, castrar toros, vivir y divertirse como hombres rudos con botas, barbas, sombreros y bromas machistas, corresponden, desde luego al mito de la virilidad que caracteriza el género del Western estadounidense. La película “materializa” ese mito en el personaje de Phil (Benedict Cumberbatch), un tipo rudo, dominante y agresivo con todo lo que no corresponde a su universo. Phil maneja el rancho, los empleados, cientos de reses y una casa grande, junto a su hermano George (Jesse Plemons), un hombre regordete que viste a la usanza urbana, se mueve en automóvil y disfruta de la vida social. Al enamorarse y casarse con Rose (Kirsten Dunst), una atractiva viuda con un hijo adolescente, George traiciona, según Phil, la especie de pacto masculino entre los hermanos que convivían, e incluso dormían en la misma pequeña recámara como lo hicieron desde su niñez. Rose y su hijo Pete (Kodi Smit-McPhee), un joven extremadamente delgado y sensible, se convierten en blanco de las agresiones machistas de Phil, quien, por su lado, también libra una lucha interna por fantasmas que su enfermiza virilidad no le permite mostrar.

De manera magistral Jane Campion deconstruye el Western estadounidense para mostrar las contradicciones detrás del mito masculino. Sin olvidar el mito de lo femenino. Phil, George y Rose son figuras que personifican aspectos de lo que la convención suele separar en los polos masculino y femenino. El título del filme “El poder del perro” remite al salmo 22:20 que dice: “Libra mi vida de la espada, mi preciosa vida del poder de esos perros”. El suspenso del thriller que construye el filme se nutre de la tensión entre lo obvio y lo oculto y de las contradictorio detrás de los roles y convenciones de género. El misterioso personaje del joven Pete dará mucho de que hablar.

Annemarie Meier

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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