La Comarca Lagunera tiene todo para ser un destino de turismo cultural importante en el país.
Cuenta con una infraestructura cultural muy amplia con museos, teatros, centros culturales, plazas, universidades e instituciones públicas y privadas que pudieran armar una red, además de la existentes, que patrocinara una actividad permanente de carácter cultural, como sucedía antes de la pandemia del Covid-19, en la ciudad de Zacatecas, por ejemplo.
Torreón cuenta con el teleférico del Cristo de las Noas que junto con el Santuario de las Noas, forma el conjunto turístico más importante de Coahuila, y en La Laguna de Durango se cuenta con menos elementos de apoyo a un turismo cultural, pero ya demostró que con el Festival Cultural de mayo, que se suspendió en la actual administración pública antes de la llegada de la pandemia, se puede llamar la atención para un turismo cultural.
Hay muchos puntos a favor, como la cercanía de dos pueblos mágicos, Viesca en Coahuila y Mapimí en Durango, puntos históricos muy atractivos como el paso del cura Miguel Hidalgo rumbo a Chihuahua, donde sería fusilado; el paso del Presidente Benito Juárez durante la intervención del Segundo Imperio y la custodia del Archivo de la Nación y finalmente distintos hechos durante la Revolución Mexicana.
Creo que lo sustancial en este tema es la integración de redes para realizar actividades trascendentes, como la celebración anual del Día de los Museos, Noches de Museos y los Museos a la luz de la Luna.
Hay, lamentablemente, dos actitudes de política pública referida a la cultura, más abierta en Coahuila que SÍ considera a La Laguna como sede de varios festivales culturales al año, claro antes de la pandemia y otra, en Durango, que solo cumple, y a medias, con extensiones del Festival Revueltas que es de la capital del estado, sin duda alguna, pero que sí tiene elementos para ser parte de un movimiento cultural en La Laguna.
Pero aún así y con todas las limitaciones posibles, que algunos festivales se derivaban del Festival Internacional Cervantino en Guanajuato capital, abarataba costos, realizaba rutas culturales importantes y daba oportunidad a presupuestos limitados, de poder contar con espectáculos nacionales y extranjeros.
Creo que la Secretaría de Cultura de Coahuila volverá a celebrar estos festivales de música popular, de concierto, literarios, fílmicos y otros temas, opinión que se refuerza con el hecho de que varios de los municipios de la Comarca serán administrados en los próximos meses por el mismo partido en el gobierno estatal y se que habrá empatía y harán bien las cosas en este y otros temas que requieren con urgencia de la atención no solo de los gobiernos, sino también de las Cámaras de la iniciativa privada y de las universidades.
El Festival Cultural Universitario, el Festival "Julio Torri", las temporadas de la Camerata de Coahuila, la belleza y la apertura permanente del teatro "Isauro Martínez", las alianzas del Teleférico de las Noas con instancias culturales como Moorelear, universidades, artesanos, artistas independientes... para una vida que se ha caracterizado por su actitud incluyente.
Hay mucha tela de donde cortar, hay testimonios de ello. Los laguneros saben organizar conciertos, exposiciones, festivales, conferencias, reliquias religiosas, eso está comprobado.
Y aunque se que ya pasó ese sentimiento que a mediados del año pasado veía un futuro en paz y una sociedad fraternal y solitaria, se que La Laguna es tierra fértil para la cultura.
En la víspera de una nueva realidad, igual de cruda, ruda, no solidaria y violenta, tengo fe en que La Laguna se convertirá pronto en un destino importante de turismo cultural como parte de su identidad, de su vocación.