El que tenga oídos, que escuche. El 106 aniversario de la Constitución Mexicana sirvió para que la nueva presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación pintara su raya, a nombre del Poder Judicial, ante el Poder Ejecutivo.
La ministra Norma Piña emitió un mensaje en el Teatro de la República, en Querétaro, con el que explicó la importancia de la división de poderes y del respeto a la autonomía de la SCJN ante los intereses políticos.
Este llamado a “nunca perder de vista la independencia judicial, la de los juzgadores y de la de uno de los poderes constitutivos de la República. Una judicatura independiente es pilar de nuestra democracia”, que hizo la ministra Piña cae justo cuando el llamado plan B de la reforma electoral del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador acumula impugnaciones y recursos para ser declarado inconstitucional, por el riesgo que enfrenta la organización de las elecciones en nuestro país, al afectar gravemente la operatividad del INE.
Y Santiago Creel, presidente de la Cámara de Diputados, hizo un exhorto al actual gobierno para evitar caer en los “errores del pasado” cometidos por “el partido hegemónico” (el PRI) y buscar la conciliación y privilegiar el respeto institucional.
Pero el vocero de la presidencia, Jesús Ramírez Cuevas, hizo girar la conversación a que Norma Piña no se puso de pie cuando llegó López Obrador y el debate en las redes sociales se encendió. La ministra sí se levantó cuando se rindieron honores al Presidente con el Himno Nacional.
Pero y ¿dónde quedó el intercambio de ideas sobre el respeto a la división de los poderes?
Ayer el Presidente López Obrador volvió a sacar el tema en la conferencia mañanera, que si no se quiso parar la ministra, que si estaba cansada. De ese nivel está el debate en estos tiempos de 4T.
Andrés Amieva
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