Yo no puedo hablar por toda Latinoamérica. Ni siquiera por todo México. Pero en “mi mundo” tenemos un serio problema con el éxito.
No se ve bien que uno triunfe. Prohibido tener dinero, fama, sexo o belleza.
Eso es para presumidos, para gente mala, para personas corruptas, promiscuas, tontas o que tuvieron que recurrir al cuchillo de algún cirujano para aparentar lo que no son.
Y eso es exactamente lo que nos ha enseñado la televisión durante décadas.
Lo bueno es sufrir, ser pobre, sumiso, víctima, feo. Al final, la vida se encargará de premiarnos. Dios proveerá.
Qué horrible, ¿verdad? Por eso celebro el estreno, en Amazon Prime Video, de Isabel, la vida íntima de la escritora Isabel Allende, una de las pocas ficciones que se han hecho, por acá, de una historia de éxito.
Quiero que entienda la magnitud de lo que le estoy diciendo porque, por una lamentable deformación cultural, la poca prensa especializada que ha comentado esta producción chilena, se la ha pasado haciéndolo desde la perspectiva de las bioseries.
Perdón, esto no es Luis Miguel, la serie, Hasta que te conocí o Selena. Esto no es chisme, escándalo ni telenovela.
Isabel es inspiración, ayuda. Es justo el tipo de contenidos que tendríamos que consumir más seguido para dejar de creer que nuestros problemas se van a resolver mágicamente si somos buenos y obedientes o, peor tantito, si nos comenzamos a dedicar al robo y el narcotráfico.
Esta propuesta de tan sólo tres capítulos de una hora es un garbanzo de a libra en el contexto de los contenidos biográficos porque habla de una mujer, de una escritora, de una celebridad viva.
Me da mucha pena decir esto, pero en la industria del espectáculo que estoy acostumbrado a reportar, cuando se trata de mujeres, hablamos de asesinas, de prostitutas, de cenicientas o de madres abnegadas, no de escritoras.
Es como si las escritoras estuvieran mal, como si la combinación de feminidad e inteligencia no fuera posible, a menos, claro, que se trate de historias con finales dolorosos como la de Sor Juana o, en el caso de la pintura, como la de Frida Kahlo.
Descubrir la biografía de Isabel Allende, esta biografía tan personal de Isabel Allende, ha sido lo mejor que me ha pasado en años.
No sólo me ayudó a entender muchas de las cosas que he leído en sus libros, me llenó de luz en tiempos de oscuridad, me ayudó a superar las ausencias que me dejó el covid-19.
La señora, como usted y como millones de personas, se hizo a si misma, tomó decisiones, superó obstáculos y es hoy por hoy la autora más leída en nuestro idioma.
Y es brillante, y es divertida, y decide sobre su cuerpo, y reta al sistema.
No, no me voy a detener ni en las tristezas ni en los errores porque lo importante de este proyecto no es eso. Lo importante de Isabel es lo mucho que nos deja, lo mucho que nos enseña y lo mucho que nos emociona.
Y es que, por encima de cualquier cosa, se trata de un gran espectáculo que viaja por muchos países, por muchas épocas, y donde las actuaciones, la dirección de arte y la producción se roban la atención de las audiencias desde el minuto uno.
Luche por ver ya Isabel, la vida íntima de la escritora Isabel Allende en Amazon Prime Video. Si lo suyo, como lo mío, son las historias de éxito, le va a encantar. De veras que sí.
alvaro.cueva@milenio.com