Espectáculos

El regreso de "Vecinos"

Escuchar audio
00:00 / 00:00
audio-waveform
volumen-full volumen-medium volumen-low volumen-mute
Escuchar audio
00:00 / 00:00

Decepcionado, me siento muy decepcionado del inicio de la séptima temporada Vecinos, la que se comenzó a transmitir el domingo pasado en la noche por Las Estrellas.

¿Por qué? Porque sus responsables perdieron la oportunidad histórica de convertir aquello en la mejor comedia romántica de toda la industria de la televisión mexicana.

Déjeme le explico para que me entienda: Vecinos era un buen programa de comedia, un concepto lleno de grandes actores que sin ser El Chavo o La familia P. Luche, hacía más amable la vida de millones de personas.

Como usted sabe, era una propuesta inspirada en la famosísima serie española Aquí no hay quien viva que narraba las aventuras de los habitantes de un edificio, como hay tantos, en Ciudad de México.

Su talón de Aquiles era que, a diferencia de los grandes clásicos de los sitcoms gringos, aquí faltaba una gran historia, algo que amarrara a todos los personajes y les diera sentido.

Ojo: esto no significa que fuera mala, que no tuviera éxito o que sus actores fueran mediocres. ¡Para nada!

El punto es que durante las transmisiones de la sexta temporada, la del año pasado, ocurrió un milagro: Vecinos dio un giro, bastante afortunado, hacia la comedia romántica, pero hacia la comedia romántica grande, bonita.

¿Con qué? Con la boda de Silvia (Mayrín Villanueva) y Luis (Darío Ripoll). No sé usted, pero yo tenía años de no ver algo tan atractivo en un programa cómico nacional.

Mayrín y Darío se convirtieron en una pareja entrañable, mucho más que las de la mayoría de las telenovelas, y todo lo que fue la construcción dramática de la boda estuvo de concurso.

Aquello era divertido, emocionante. Hasta parecía el desenlace de otro tipo de producción.

Para no hacerle el cuento largo, la temporada pasada de Vecinos tuvo un final de antología, con todos los actores metidos en la cárcel, con una boda interrumpida y con un asunto de suspenso que no le voy a contar por respeto a quienes no han visto ese material.

El caso es que muchas personas nos quedamos picadísimas esperando la resolución de ese asunto.

¿Y todo para qué? Para que el domingo pasado lo resolvieran pésimo, chafa, con un falso suspenso. Por poco menos que eso, mucha gente dejó de ver telenovelas. ¡No se vale!

Haga de cuenta que en tres segundos destruyeron todo lo que habían construido y Vecinos se volvió a convertir en lo mismo de siempre.

Pues sí, muy chistosas las ocurrencias de los recién casados que hacen ruidos que molestan a los que viven al lado, de la administradora que pierde el tiempo con el celular y todo eso.

¡Pero qué decepción! Silvia y Luis le pudieron haber quitado la chamba a un montón de parejas de telenovela y ese programa pudo haber trascendido como las mejores comedias románticas del cine nacional, pero no.

Hoy hay fiesta en Televisa porque, obviamente, después de tantas expectativas, no había manera de no querer ver este lanzamiento, pero a ver cuánto les dura el gusto, a ver cuándo el público se termina de cansar de que le prometan una cosa y le den otra.

O usted que opina? ¿Usted está enloquecido de felicidad con el remate que le dieron a la boda de 2019? ¿Usted se siente orgulloso de todo lo que sucedió después? 


alvaro.cueva@milenio.com


Google news logo
Síguenos en
Álvaro Cueva
  • Álvaro Cueva
  • alvaromilenio5@gmail.com
  • Es el crítico de televisión más respetado de México. Habita en el multiverso de la comunicación donde escribe, conduce, entrevista, da clases y conferencias desde 1987. publica de lunes a viernes su columna El pozo de los deseos reprimidos.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.