Hoy va a ser un día muy complicado para la industria de la televisión mexicana por el Paro Nacional de Mujeres.
Por un lado, la opinión pública va a estar encima de todos los canales buscando la nota: ¿Qué mujeres fueron? ¿Qué mujeres faltaron? Pase lo que pase, nadie va a quedar satisfecho. Esto es un perder-perder.
Pero, por el otro, está la parte laboral. Todas las televisoras, grandes o pequeñas, públicas o privadas, abiertas, de paga o en línea, son fábricas de contenidos. ¡Fábricas!
Se va a notar la ausencia de las mujeres. Va a haber afectaciones en todos los procesos. Va a haber repercusiones económicas, pérdidas. Esto es justo lo que menos necesita la televisión en este momento. ¿Quién va a pagar las consecuencias financieras de este movimiento? ¿A poco solo los hombres?
Sí tengo que decirle todo esto porque más allá de cualquier posición ante el Paro Nacional y de la muy justificada y poderosa carga emocional que hay detrás de esta Revolución, se podrían cometer muchos errores.
Desde mi perspectiva, la mediática, debo advertir que no basta con poner hombres a cuadro cubriendo a las mujeres. Hay que mandar mensajes. Hay que tomar posturas.
Pero, al mismo tiempo, hay que sacar la chamba, hay que cumplir con los objetivos del día, alcanzar las metas.
¿Cómo conciliar estos dos asuntos? ¿Dónde está el apoyo de los anunciantes ante la catástrofe que va a ocurrir hoy? ¿En verdad ustedes creen que se van a tocar el corazón por apoyo al Paro Nacional?
¿Dónde está el apoyo económico de las autoridades? ¿Van a castigar a los medios por hundirse respaldando una causa que no es la suya? .
alvaro.cueva@milenio.com