Ya se habían hecho varias series cómicas sobre el crimen organizado, pero todas cometían el mismo error:
Terminaban por idealizar al narcotráfico, por hacerle promoción, por transformar aquello en un modelo aspiracional.
Hasta que, el martes pasado, a las 21:00, en el canal Distrito Comedia, se estrenó “El Junior, el mirrey de los capos”.
¿Qué tiene “El Junior” que no tuvieron títulos como “El rey del Valle”?
Que no hay manera de ver esto y de no tomarlo como una parodia, como una burla, como un acto de reflexión en el más profundo sentido de lo que siempre ha sido y será la verdadera comedia.
Para no hacerle el cuento largo, “El Junior, el mirrey de los capos” es, para la delincuencia organizada, lo que “El privilegio de mandar” para la política. Así. De ese tamaño.
¿En qué me baso para decir esto? En que ahí están todas la historias que usted, millones de mexicanos y yo hemos visto en las noticias en los últimos años.
No le voy a contar demasiados detalles para no echarle a perder la experiencia pero, si en el caso de “El Chapo” hubo una Kate del Castillo, ¿por qué aquí no iba a haber una Cata del Palacio?
¿Y qué me dice de la parte de la cirugía plástica para cambiar de rostro, de los narcocorridos o del narco túnel?
Esta serie, planteada en capítulos de media hora, podría ser el principio de algo tan importante como cuando se inventaron las narcoseries en Colombia y Estados Unidos.
Todo es cuestión de que se anuncie adecuadamente y de que se explique lo que está pasando aquí.
Sí, ya sé lo que muchas personas deben estar pensando: ¡A quién se le ocurre hacer una comedia sobre esta clase de cuestiones! ¡Quién se puede reír con esto! ¡Qué necesidad de parodiar algo tan monstruoso!
Precisamente por eso, esto era algo que se tenía que hacer. La comedia no es un género estúpido. La comedia es denuncia, es crítica, es poner sobre la mesa nuestros vicios como seres humanos y como sociedad.
Y así como los grandes autores del pasado hicieron comedia sobre la religión, las guerras y sobre muchos de los temas más espantosos que les tocaron, ahora a nosotros nos corresponde reír con esta clase de conflictos.
Porque riendo, y sólo riendo, vamos a exorcizarlos, a aniquilarlos, a superarlos.
“El Junior” es comedia tan en serio que goza de uno de los repartos más multiestelares de todos los tiempos.
Yo no sé cómo le hicieron sus responsables pero juntaron a lo mejor del gran cine mexicano con lo mejor de los comediantes que dan “shows” en los antros, con lo mejor de la industria de la televisión.
Vamos de Jesús Ochoa, Luis Felipe Tovar y Alejandro Calva a Javier Carranza, Hugo Alcántara e Ismael Quintanar pasando por Diego de Érice, María Fernanda Yepes y Raquel Garza.
Y no le he dicho nada porque aquí están Germán Ortega, Luis Fernando Peña, las gemelas Melissa y Melinna León, y “todo México”. Punto.
Porque si me pongo a hablar de actuaciones especiales, como la de Juan Osorio en el episodio uno, no voy a acabar nunca. ¡Y todos están sensacionales! ¡Son un delirio!
No me quiero ni imaginar lo que costó esa nómina ni el infierno que debió haber sido grabar aquello con tantísimos recursos creativos justo cuando comenzó la pandemia.
Hay mucho mérito en esta obra tanto desde la perspectiva de los textos como de la perspectiva cinematográfica porque sus responsables no dejan títere con cabeza.
Su humor va más allá de lo negro, más allá de lo ácido.
¿Me creería si le dijera que mientras se burlan la guerra entre cárteles con todo el tiradero de sangre despedazan a los medios de comunicación, se avientan una puntada sobre las quesadillas sin queso y rematan con una parodia musical de los anuncios de hemorroides?
Están locos, pero de esa locura que raya en la genialidad. ¿Puede haber algo más revolucionario que esto que le estoy contando?
“El Junior, el mirrey de los capos” no es teatro de búsqueda, es comedia popular mexicana.
No cualquiera se atreve a tanto porque, en el muy remoto caso de que usted no se haya puesto a pensar en esto, la gente detrás de este proyecto se está metiendo con algo peligroso. Esto es valentía no tonterías.
Felicidades a Juan Carlos Castellanos, Jurgan Jacobo y Omar Mustre, los escritores de esta serie que está inspirada en una idea de Israel Jaitovich y el mismo Juan Carlos Castellanos.
Felicidades a Javier Solar y a todos los que participaron a ambos lados de las cámaras y los micrófonos. Están haciendo historia.
Ahora sólo falta que usted mire “El Junior, el mirrey de los capos”. La cita es hoy martes 2 de mayo a las 21:00 en Distrito Comedia. Le va a gustar. De veras que sí.