
¿Se acuerda que le dije que “Chespirito: sin querer queriendo” iba a ser lo más bonito que usted iba a ver en este año?
Pues no sólo no me equivoqué, me quedé corto.
Esta producción de Grupo Chespirito, THR3 Media y Perro Azul es lo más bonito que se ha hecho en este país en mucho, en muchísimo tiempo y difícilmente volveremos a ver pronto algo igual.
Su capítulo final, el que está subiendo hoy jueves 24 de julio a HBO MAX, es simple y sencillamente sublime.
Tuve el gran honor de verlo con anticipación y se lo voy a decir tal cual: en mi larga vida he visto todos los finales de todas las historias habidas y por haber.
Jamás había visto algo así. Esto es diferente. Esto es poderoso. Esto es exquisito. Esto es entrañable. Esto es popular. Don Roberto, desde el cielo, debe estar muy feliz.
No le voy a dar detalles para no arruinarle la experiencia pero le ruego que se quede mirando la pantalla todo el tiempo, sin distracciones, hasta que corran los créditos en negro.
No me cabe en el corazón todo ese amor que se siente, todo ese amor con el que se escribió esta historia, todo ese amor con el que se filmó este trabajo de los directores Rodrigo Santos, Julián de Tavira y David Ruiz.
La serie posee una perfección estructural incuestionable. Las últimas escenas del último episodio conectan con las primeras del primero y no sólo lo hacen para cerrar, lo hacen para llevarnos a nuevas ideas, a nuevas emociones.
Y yo no sé qué agradezco más, si el finísimo detalle de homenajear a Dante Aguiar, a Iván Aragón y a Macarena García Romero, quienes le dieron vida a Roberto niño, a Roberto joven y a Graciela joven al principio de este proyecto.
O ese espacio tan simbólico donde vemos el desfile de esas imágenes tan significativas al mismo tiempo que el gran Pablo Cruz se avienta los parlamentos más divinos de 2025.
Sí, usted va a llorar como yo. Va a llorar mucho. Lágrimas de algo que se vivió. Lágrimas de algo que se perdió. Lágrimas de algo que sigue en nuestros corazones.
¡Jamás pensé que una canción de Napoleón pudiera sacudir de esa manera a las audiencias del siglo XXI!
Tengo ganas de gritar, de hacer un debate público, de decir muchas cosas pero no. Eso le toca a usted que cuando vea lo que pasó mientras se hacía “El Chanfle” confrontará sensaciones muy íntimas.
Es en este punto donde yo le debo agradecer una vez más a Bruce Boren, a Ricardo Costianovsky y a Tomás Darcyl por aventarse esta producción.
Hubiera sido muy fácil hacer lo que hacen todos, contratar a los de siempre, jugar a la telenovela. ¡Qué valentía! ¡Qué dedicación! ¡Qué manera de recordarnos lo que somos, de dónde venimos!
Bárbara López: ¡qué tamaño de actriz eres! ¿Cómo es posible que con dos frases y pura comunicación no verbal seas capaz de movernos tanto?
Pablo Cruz: la Revolución te acaba de hacer justicia. Cuídate mucho para que no te pase lo mismo que a tu personaje. Eres el actor más amado de México hoy, pero también el más envidiado. Cuídate mucho.
¿Cuál es la moraleja de esta historia? La de la pantalla, se la voy a dejar a usted de tarea. Es importante. Muy importante. Muy crítica. Tremenda.
La de la serie, ésa sí me corresponde a mí: cuando las cosas se hacen con amor, el único resultado posible es el amor y “Chespirito: sin querer queriendo” es amor, mucho amor, todo el amor.
Luche con todas sus fuerzas por ver inmediatamente el último capítulo de esta prodigiosa serie mexicana en HBO MAX. Le va a gustar. De veras que sí. ¡Y que viva Chespirito! ¡Eso! ¡Eso! ¡Eso! ¡Eso!