No puede haber mejor manera de celebrar la llegada de la primavera que ir al cine a refrescarse y ver “Canta y no llores”.
¿Por qué? Porque es como una inyección de vida. Es comedia, pero es también una película de aventuras, pero al mismo tiempo es un ejercicio de energía femenina, pero paralelamente tiene todo el valor de la familia.
Y tiene música, y tiene acción, y tiene canciones, y tiene intrigas, y tiene romance.
Estamos hablando de un filme realizado entre México, España y República Dominicana con la participación de inmensas casas productoras como Star+ (de The Walt Disney Company) y BTF Media.
El reparto es la cosa más fabulosa que se le pudo haber ocurrido a alguien.
¿Sabe usted quién es la abuela? Consuelo Duval. ¿Y la hija? Michelle Rodríguez. ¿Y la nieta? Paty Maqueo (de la exitosísima serie “Control Z”).
Escriben Frank Ariza (“Con los años que me quedan”) y Félix Sabroso (ganador del Jules Verne Award por “La isla interior”) quien, además, dirige.
¿Por qué se la presento así, nombre por nombre, currículum por currículum?
Porque estamos viviendo un momento muy injusto donde nuestro cine, a pesar de que es abundante, tiende a desaparecer frente a la distribución de contenidos de otras partes del mundo.
Y un alto porcentaje de esa desaparición tiene que ver con una guerra ideológica propagada por las redes sociales que hace que las multitudes piensen que lo que hacemos en México es chafa y, perdón, somos potencia.
Ya quisieran en muchas economías del mundo una película de este tamaño, de esta calidad y, lo más importante de todo, así de divertida.
Son tres mujeres de una misma familia que un buen día reciben la oportunidad de cambiar su vida, de comenzar de nuevo y de convertir sus sueños en realidad en otro país.
No tiene usted la cantidad de locuras que viven estos tres personajes más un hombre chistosísimo interpretado por el gran Paco Rueda.
¿Cuál es la nota? Que ésta no es una comedia romántica. Es el redescubrimiento del cine familiar. ¡Ideal para ir con los hijos, con los nietos o con los amigos ahora que inicia la Semana Santa!
Yo la adoré porque veo en ella un admirable ejercicio de picaresca aplicado al México de hoy.
La picaresca es un subgénero narrativo que se burla del sistema a través de personajes que podrían ser delincuentes pero que son tan bobos, que terminan por convertirse en héroes precisamente por satirizar a los delincuentes y, todavía mejor, a quienes los persiguen.
Es más o menos como la serie “Los artistas” de VIX. ¿Se acuerda?
Ahora agarre la onda de qué “pícaros” estamos hablando. Consuelo Duval es una maestra de la pantalla. ¿Se la imagina de taquera aspiracional? No se la imagine. Gócela.
Michelle Rodríguez es, hoy por hoy, uno de los más grandes talentos de México y aquí la podemos ver en su real magnitud porque no sólo actúa. Canta, baila, hace show. ¡La amo!
Y la “niña” Paty, ¡bueno! No se queda atrás. ¿Sabe usted lo que es no quedarse atrás compartiendo escena con dos monstruos como Consuelo y Michelle?
Cuando las esté mirando, le suplico que aprecie las locaciones internacionales y que se deleite con la oscuridad de esos chistes.
“Canta y no llores” es la película de la primavera, la puerta de entrada a la Semana Santa. Luche con todas sus fuerzas por ir a verla a los cines ya, pero ya. Le va a encantar. De veras que sí.
