En su título postrero, Un tiempo de rupturas (Paidós-Crítica, 2013), Eric Hobsbawn (1917-2012) plantea que existen tres formas básicas de movilidad personal: el tráfico nacional e internacional corriente (viajes de negocios o placer), las migraciones (voluntarias o forzosas) y la trasnacionalidad.
En referencia a la primera década de este siglo, dice que hoy en día los inmigrantes viven en tres mundos: el suyo, el del país al que han emigrado y el global, que se ha convertido en propiedad común de la humanidad gracias a la tecnología y la moderna sociedad de consumo capitalista y de los medios de comunicación.
Han pasado ocho años desde la muerte del teórico de las revoluciones burguesas, en los que la migración ha explotado una crisis internacional, que en algún momento arruinó el discurso de brazos abiertos de los gobernantes de Alemania, España, Italia, Francia y Gran Bretaña, quienes debieron dar marcha atrás y hacer puntuales precisiones cuando las masas africanas y asiáticas los invadieron. No se diga en América, con la irrupción de Donald Trump en la Casa Blanca y su política de muros a la inmigración y el comercio.
Ahora, dice el escritor francés Jacques Attali en entrevista con MILENIO, la pandemia desatará una nueva crisis migratoria, pues los tránsitos aumentarán por la debacle económica pero también los muros, mientras no se entienda que la solución no está en abrir las puertas a todos los que quieren llegar, sino en atender dentro de los propios países expulsores las razones de las salidas de las personas.
La pandemia, por lo demás, atraviesa el corazón del planeta en momentos en que empezaban a diseminarse en forma global los discursos de igualdad, tolerancia, multiculturalidad, equidad de género, diversidad sexual, sororidad, resiliencia y contra el racismo, con especial énfasis en el movimiento Black Lives Matter y la condena a reductos neoapartheid.
La dupla demócrata Biden-Harris supone un mensaje esperanzador en medio del desastre que lega Trump, no por la seguridad de una reforma migratoria, que igual prometieron Clinton y Obama sin resultados, pero sí para que el mundo, al menos de este lado, comience la reconstrucción pospandémica.
@acvilleda