El entonces candidato Andrés Manuel López Obrador eligió Monterrey para anunciar que Alfonso Romo, quien hacía los vínculos con los empresarios, iba a ser su jefe de la Oficina de la Presidencia, mensaje que generó optimismo en un sector que guardaba serias reservas con el futuro mandatario.
El nombre del empresario incrustado en el corazón del nuevo gobierno abrió expectativas entre la IP que pronto comenzaron de declinar, con la cancelación del aeropuerto en Texcoco, a lo que siguió una serie de desencuentros del CCE con López Obrador en torno a la visión diferenciada de sus proyectos, con quejas de Carlos Salazar porque todas sus propuestas eran bateadas.
Ya con la pandemia encima todo se complicó porque las diferencias se ahondaron una vez que el Presidente rechazó de antemano rescate de empresas y endeudamiento con la línea internacional de crédito, dos planteamientos básicos de los dirigentes privados, que no obstante la negativa desde Palacio, insistían en buscar soluciones pactadas.
El único acuerdo posible, sin embargo, ha sido hasta ahora si es de autoría presidencial.
En este complicado entorno las voces de los empresarios y de los organismos internacionales han sido concluyentes en que si no hay seguridad a las inversiones, si hay cambios de rumbo a medio proyecto y si no se escucha a la otra parte, el dinero no va a llegar y aterrizará en otros países. Lo dicen el CCE, el FMI, el BM, el BID y, por cierto, Alfonso Romo.
El 25 de septiembre, por ejemplo, habló de que la inversión es la única esperanza y por eso debe haber una política de cero barreras a capitales productivos. “No podemos poner trabas, estamos en emergencia”, declaró cuatro días después, y sentenció: “Obstaculizar la inversión es traicionar el combate a la pobreza”. “No me canso de decir que ya no se cambien las reglas del juego”, dijo a MILENIO el 1 de noviembre, y el miércoles hizo un llamado “a escuchar con empatía las justas demandas de la otra parte”.
Como el único posible destinatario de esos mensajes es el Presidente, la pregunta seria, de verdad, es por qué no se lo dice en persona en lugar de aprovechar cada foro o entrevista para ventilarlo. ¿Será que tampoco a él escucha ya?
@acvilleda