A la generación propia le ha tocado atestiguar un cambio relevante en el mundo de las mascotas: su entronización. A un punto en el que aparecen estos perros, gatos, tortugas o gallos como los auténticos herederos en la mente de muchos jóvenes que han perdido la fe en la humanidad y, desoyendo a Darwin, han decidido no reproducir la especie. De forma paralela, la defensa de los derechos animales ha alcanzado niveles insospechados, como la prohibición de la fiesta brava, suceso impensable hace veinte años para lugares como España y México.
En un libro singular, la escritora Ida Vitale (Montevideo, 1923) nos cuenta que Inglaterra dio el primer paso en ese sentido en 1809 cuando el pintor William Hogarth exhibió una serie de cuatro grabados costumbristas en los que representaba dramáticas escenas de tortura a animales, con lo que logró sensibilizar a algunos políticos de la época, si bien fue hasta 1822 cuando se fijaron en el Parlamento las primeras penas a los maltratadores y dos años después se fundó en Londres la sociedad protectora pionera, que para 1850 ya contaba con seis mil miembros.
Dice la poeta uruguaya en De plantas y animales: acercamientos literarios (Estuario Editora, 2019): “En las relaciones del hombre con los animales se pasa de la indiferencia o cosificación a la indulgencia. Los humanos se doblegan con gusto ante la creciente importancia de aquellos en la vida, efectiva o comercial. De pasible de maltratos pasa, por un previsible movimiento pendular, a ser una criatura con más privilegios que muchos humanos”.
Vitale, ganadora de todos los premios importantes en nuestra lengua (solo le falta el Nobel), escribe sobre los firuláis, a los que hoy todos llaman lomitos: “Hace doce mil años, el perro ya podía estar tan cercano a un amo como hoy. En 1978 se descubrió en territorio palestino una tumba del alto paleolítico con dos esqueletos: el de un adulto, mujer u hombre, con su mano puesta sobre un cachorro. Luego la cruza orientada iría creando una variedad de razas y singularidades, a veces muy próximas”.