Una interesante teoría sobre el origen de la leyenda de los cícloples, antes de su entrada triunfal en la literatura griega, sostiene que los cráneos de antiguos elefantes y mamuts que vagaban por las zonas del Mediterráneo quedaron al descubierto cuando bajó el nivel del mar y los hombres que comenzaron a habitar esas zonas imaginaron que eran de gigantes humanoides con un agujero en la frente, que no era otra cosa que la cuenca para los músculos de apoyo de la trompa de los animales.
Esa visión, solo por el tema de su relación con el arte griego, en ese caso la literatura y Homero, me llevó por razones ajenas a la paleontología a la pregunta sobre el origen de los ángeles en calidad de músicos en buena parte de las obras de arte religiosas. Encontré la respuesta en un gran libro que se titula Diccionario de música, mitología, magia y religión, firmado por Ramón Andrés y editado por Acantilado.
El ángel, del griego “mensajeros de Dios”, es un espíritu celeste, criatura incorpórea, considerado en el mundo judeocristiano emisario entre Dios y los hombres. También nos recuerda que Satán formaba parte de la corte celeste antes de ser adversario de Dios y que, como en todo, acá hay jerarquías con tríadas. La superior de serafines, querubines y tronos, la intermedia de dominaciones, virtudes y potencias, y la inferior con principados, arcángeles y ángeles.
¿Cómo es que estas entidades acabaron como músicos? Ramón Andrés nos cuenta: “Fue en época de Hildegarda cuando empezaron a propagarse las representaciones de los ángeles músicos, especialmente en los manuscritos ingleses. A partir del siglo XII (…) los coros angélicos proliferaron en las escenas de la Natividad y la Coronación de la Virgen, aunque no debe olvidarse la iconografía relativa al Paraíso, abundantísima”.
Las iluminaciones medievales, prosigue el autor, acogieron no solo a los ejecutantes de trompeta en el Apocalipsis, sino también a los que tocan instrumentos cómo el arpa y el laúd. Después será cada vez más frecuente en el arte la plasmación de cantores. Así adquirieron el oficio.