Usted podrá suponer que lo suyo, lo suyo del piloto finlandés Valtteri Bottas son los autos, y algo hay de eso, pues cuenta con una sólida trayectoria en la Fórmula Uno y en la próxima temporada correrá junto con el mexicano Checo Pérez para Cadillac. Por eso resultan más singulares las otras aficiones del rubio conductor, como los tacos mexicanos y, en su faceta de empresario, el negocio de la ginebra, que administra con su esposa, la ex ciclista olímpica australiana Tiffany Cromwell.
El año pasado presentó su bebida artesanal producida en Finlandia, bautizada Oath Gin, con un concepto que la pareja explica como una combinación entre velocidad y resistencia, factores que los asocian desde el automovilismo y la pista de ciclismo, “un punto de equilibrio entre precisión y aventura”, como dicen ahora en una nueva visita a México, esta vez en la Cantina del Palacio de Hierro de Polanco, donde ya se vende el producto.
Cromwell explicó a los invitados que la fórmula de Oath Gin honra las raíces de ambos: “nuestra receta rinde homenaje a la avena de los campos de la familia de Valtteri en Finlandia y a las manzanas de Adelaida, mi ciudad natal”. El destilado implica un proceso artesanal que combina enebro, avena y cáscaras de manzana, con agua de manantial filtrada naturalmente, dice.
El piloto llegó puntual a la cita con su look tradicional de playera y pantalón negros, gorra azul con el logotipo de su ginebra, y tenis blancos. Siendo ya un conocido de aficionados y villamelones no solo por su participación en algunos certámenes anteriores de la Fórmula Uno, sino porque ahora será pareja de Checo, su aparición en la tienda generó revuelo entre los transeúntes.
A la hora de la degustación, Bottas se aplicó con los tacos de carne acompañados de guacamole, cebolla y lechuga. Todo eso el jueves. Pero ayer, para no dejar dudas de su afición culinaria mexicana, se fue a un comedero del Autódromo Hermanos Rodríguez a cocinar él mismo a la voz de “I love tacos” y hasta le sirvió a algunos clientes. ¡Bienvenido, Valtteri!