Comenzaron las campañas en el estado de Hidalgo para renovar los 84 ayuntamientos, en momentos en los que se requería innovación y el uso de las tecnologías digitales, han arrancado al viejo y seco estilo de siempre.
Donde la búsqueda desesperada por el poder y la vanidad de verse reflejados en diferentes medios impresos, es lo que ha marcado este arranque de campañas, es decir, nada nuevo.
Tan solo ver como han saturado las redes sociales compartiendo sus recorridos, la entrega de folletos (sin ninguna medida sanitaria), y muchas veces quitándose o colocándose mal los cubrebocas, con el objetivo de salir bien en una foto, es una clara muestra de la falta de empatía.
Además, las propuestas innovadoras no han llegado, tan solo ha relucido las ansias que tenían algunas candidaturas por verse reflejados en un folleto o cartel, vacío y sin propuestas.
Hasta el momento ha imperando la improvisación y las mismas promesas de siempre, seguridad, mejorar la economía y que ahora si escucharan a la ciudadanía.
Es decir, nada nuevo puras generalidades, el cómo lo van a conseguir ese es el reto, y la principal preocupación, porque necesitamos en Hidalgo reales soluciones, no banales explicaciones.
Tendrán poco más de un mes para que la ciudadanía conozca sus propuestas, un reto enorme si consideramos que cada municipio tiene su complejidad, la clave es, cómo harán llegar el mensaje, utilizando campañas recicladas…
Las grandes ausencias.
Las y los principales ausentes son quienes integran las diferentes planillas y en específico a quienes aspiran a una regiduría, si bien el sistema político ha sido confeccionado para que no sean un contrapeso en el cabildo, no significa que no puedan cumplir con su papel de ser el principal vínculo gobierno municipal-sociedad, y si desde ahorita están en el ostracismo, que nos espera después.
Por eso las y los regidores deben ser electos por voto libre, secreto y directo.
Twitter: @alfreduam
