La búsqueda de la felicidad ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. Desde los antiguos filósofos griegos hasta nuestros días, canciones y libros han intentado descubrir el camino a la felicidad, ese hilo que guíe a las personas hacia la plenitud.
Mientras buscamos la felicidad, a menudo lo hacemos de manera equivocada. Pensamos que la encontraremos en la aprobación de los demás y en posesiones materiales, pero estas satisfacciones son pasajeras y suelen venir seguidas de una decepción que perdura.
Entonces, ¿cómo encontrar algo que ha parecido inalcanzable durante siglos? ¿Cómo descubrir un camino hacia la felicidad duradera? El mejor consejo radica en convertirte en tu propio mejor amigo. Esto no es solo un cliché sino un verdadero hack para la vida.
Convertirte en tu mejor amigo implica acciones cotidianas, sencillas de lograr si te lo propones. Cuando estés triste, date consuelo como lo harías con tu mejor amigo: con compasión, respeto y cariño, permitiéndote expresar tus sentimientos. Del mismo modo, celebra tus logros como celebrarías los de tus seres queridos: con alegría, orgullo y reconociendo tu propio valor y lo mucho que te costó llegar donde estás.
Si te encuentras en un momento difícil, motívate como motivarías a un amigo cercano que lucha por alcanzar sus metas. No te dejes caer. Ponte frente al espejo y repite palabras de aliento: “Tú puedes lograrlo. Estás preparado para triunfar”. Parece cursi e insignificante pero, como le repito a diario a mi hijo, “todo lo que dice la boca, lo cree el cerebro”, te aseguro que esto te traerá resultados asombrosos.
Buscar la felicidad es parte de nuestra naturaleza innata, una función programada en nuestro código genético. Nuestro cerebro necesita dopamina para funcionar adecuadamente, un neurotransmisor crucial para la motivación y el placer. Cuando obtenemos dopamina de fuentes externas como el reconocimiento de otros o adquisiciones materiales, experimentamos picos intensos pero breves de felicidad, seguidos de bajones emocionales. Este ciclo a largo plazo puede generar ansiedad ya que el cuerpo se acostumbra a sentir malestar después de experimentar placer. En cambio, la dopamina derivada de la autoaceptación y satisfacción personal es más estable y duradera, brindando una felicidad que se siente como plenitud en lugar de ansiedad, pues no termina de forma brusca.
La vida es compleja y está llena de desafíos. No te conviertas en tu propio enemigo, ya hay suficientes ahí fuera. Sé tu aliado más fiel y tu porrista más entusiasta en un mundo donde la compasión propia es esencial para la felicidad genuina.
Te invito a practicar este enfoque para vivir más y mejor. Convertirte en tu mejor amigo no solo te llevará hacia la felicidad duradera, sino que también te permitirá construir una conexión más profunda contigo mismo y con el mundo que te rodea.
