Política

Puebla: el día después del ayer

El morenista, Alejandro Armenta tomará las riendas de Puebla a partir del 14 de diciembre, y lo hará con una envidiable legitimación, tras un contundente triunfo en las urnas, como desde el inicio del proceso electoral lo reflejaron las encuestas que siempre lo colocaron en la punta.

Un día después de la elección en que resultó gobernador, conversé con él en el Telediario Matutino y alejado ya de la presión y el estrés que imprime una campaña electoral, el tono de Armenta fue el mismo que tuvo después del proceso interno del 10 de noviembre: sereno, afable, prudente y hasta esperanzador.

Sabe que la campaña quedó atrás y que a él -principalmente- le interesa y le conviene que se sanen las heridas y que el estado se reunifique para que logre materializar sus compromisos de campaña y asegurar así un gobierno exitoso, a la altura de lo que Puebla necesita tras el fatídico y convulsionado 2018 y 2022.

Por eso la operación cicatriz la comenzó a ejecutar con sus oponentes en la contienda, principalmente con Eduardo Rivera, quien representa a un 33% del electorado conservador y tradicionalista de Puebla. Se trata de un sector a quien también le conviene alinearse a la nueva realidad geopolítica de México y del estado para subsistir.

Armenta tiene frente a sí la posibilidad de pasar a la historia como un mandatario ecuánime, visionario e incluyente.

Que sea más cerca al cespedismo y más lejos del barborismo.

Y arrancará con el pie derecho ya que las cuentas que le entrega al presidente en funciones y a la presidenta electa, superaron la meta. Dicho de otro modo: desde el proceso interno local prometió dos millones de votos a favor de Claudia Sheinbaum y al final está entregando casi 68 mil más, lo que se traducirá en una colaboración estrecha. No es casualidad que en el cierre de campaña de la hoy presidenta electa, lo haya colocado en la zona VIP.

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Vox populi, vox Dei

La elección del pasado 2 de junio dejo diversas lecturas que debemos saber interpretar:

1.- Los poblanos salieron a las urnas en masa y lejos de castigar con su voto a la cuarta transformación, le dieron un referéndum y engrosaron el voto de las estructuras. Ni la violencia, ni la inseguridad, la falta de medicamentos, la obras que pudieran resultar inútiles para muchos, ni el deterioro al medioambiente… nada fue tan grave para el grueso de la población. Y está bien, pues el resultado de una elección es el pulso y evaluación de un gobierno en turno.

2.- Los funcionarios de casilla se rifaron y cumplieron con la misión de organizar y atestiguar una importante acontecimiento democrático dejando a un lado las fobias y las filias. La participación fue tan copiosa que su labor terminó en la madrugada, pero no hay una sola incidencia de que alguien haya abandonado su tarea, independientemente del resultado. A estas alturas del partido, en un escenario municipal o distrital, reclamar fraude es desconfiar del vecino que recibió y contó los votos, dejando de lado que más bien pudo tratarse de la incapacidad de la autoridad electoral.

3.- Las encuestas no estaban del todo equivocadas, la brecha sí era muy amplia. Paso en todo el territorio nacional, a lo largo y ancho del estado y en la Angelópolis. Al contrario, aquellos que quisieron cerrar la distancia hoy tendrán que buscar su credibilidad en la fosa séptica.

4.- En Puebla, el PRD, PSI, PANAL y Fuerza por México no alcanzaron el voto mínimo para mantener su registro. Vendrá una larga batalla legal para encontrar los recovecos que los mantengan vigentes, En cambio, el PT y PVEM ganaron influencia aunque siguen siendo fuerzas satélites; sin embargo, es indudable que el partido que en Puebla dirige Liz Sánchez obtuvo los resultados aun sin el apoyo de la cúpula gubernamental. En cuanto al PRI, pasó a formar parte del grupo de las minorías y no está lejos de solo subsistir un trienio más, ante su desgastada y pisoteada credibilidad.

5.- Movimiento Ciudadano logró mantener sus prerrogativas, gobernar algunos municipios y colocar legisladores plurinominales, lo cual no es mérito menor. Considerando los resultados en Nuevo León, Fernando Morales en Puebla entrega buenas cuentas.

6.- El PAN sigue siendo la principal oposición, pero se antoja difícil que pueda tener resonancia.

7.- No podemos ser ajenos al llamado de la sociedad. Esta muy claro. Sería un error de aquel que intente ignorar el mensaje.


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Alberto Rueda
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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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