La inseguridad ya no sólo está en las calles. Ahora parece que te observan desde dentro del banco. Te miran, toman nota de cuánto retiras y antes de que te pongas el cinturón de seguridad ya están afuera, esperándote con una pistola.
Cada vez son más frecuentes los asaltos a cuentahabientes que acaban de retirar grandes sumas de dinero. El patrón se repite con precisión desde el momento que entran, hacen su operación, salen y los asaltan. Lo que sorprende no es sólo la violencia, sino la exactitud, como si alguien les hubiera avisado; como si la información fluyera del escritorio al delincuente con una eficiencia digna de call center.
Por eso, en el Congreso local, Movimiento Ciudadano puso sobre la mesa la propuesta de mandar hasta por 8 años a prisión a quien filtre, colabore o dé información para que asalten a un cuentahabiente. Y es que se cree que el enemigo puede estar adentro, en el banco.
Ahora bien, veremos si Morena parece dispuesta a respaldar la propuesta ante una realidad que pinta de mal a peor. Y no son sólo los asaltos, sino el silencio cómplice de los bancos, la tibieza de la policía y la aparente impunidad con la que se cometen estos robos selectivos.
¿Quién protege a los clientes? ¿Cuántos casos más se necesitan para que se active una investigación seria dentro de las instituciones bancarias? ¿Hasta cuándo los ciudadanos tendrán que cuidarse tanto de los ladrones como de los empleados que les sonríen desde el otro lado del mostrador?
Y todo lo anterior a pesar de la efectividad del programa “Acompañamiento Bancario” que quien lo utiliza, reduce la posibilidad de un atraco. Pero muchos prefieren jugar a la ruleta rusa.
+++
Con el apagón, qué cosa sucede...
Algo raro y bastante molesto está pasando con el servicio eléctrico en Puebla. En plena ola de calor, la Comisión Federal de Electricidad parece tener apagado el switch de la eficiencia: se han registrado cortes de luz en puntos clave de la zona metropolitana como Puebla capital y San Andrés Cholula. Pero no es solo cosa de ciudad; en municipios del interior, como Chilchotla, llevan ¡una semana completa! sin energía eléctrica. Y en las comunidades vecinas, el servicio va y viene como si dependiera del humor del operador. ¿Será que la infraestructura ya no da para más? ¿O la demanda está rebasando a la gloriosa CFE?