“La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar un entorno, una sociedad, el mundo”. Nelson Mandela
Se han encendido las alarmas en la Federación Mexicana de Futbol tras el castigo recibido por la FIFA, con una multa de 62 mil dólares y los dos primeros juegos de la eliminatoria mundialista sin aficionados en el Estadio Azteca. Y es que no es para menos la preocupación que existe, pues las consecuencias de no erradicar el famoso grito es perder puntos en la eliminatoria e incluso quedar fuera del Mundial de Qatar 2022 o perder la sede que mantiene México para el Mundial de 2026.
Es cada vez más cercano un escenario catastrófico y sumamente real para el futbol mexicano la posibilidad de que México pudiera perder el derecho de participar en el próximo Mundial, y por si fuera poco la posibilidad de perder la sede del Mundial del 2026, donde muchas marcas y empresas han invertido mucho dinero y tienen puestas sus inversiones.
¿Qué hacer ante una situación donde la libre expresión y la agresión parecieran convivir en el mismo hilo?, ¿Qué hacer para educar a millones de personas y puedan tener una conciencia de un fenómeno que transgrede e insulta de forma directa a un contrario o rival bajo el argumento que forma parte de un “folclor” mal orientado?
Si bien todos en algún momento hemos insultado y maldecido en un estadio -al menos los apasionados a este deporte- también debemos reconocer la responsabilidad que tenemos y el entorno que hemos creado para generar acciones que nos mantienen rezagados en muchos ámbitos no solo en el futbol o el deporte, sino como país y que por ende recaen en acciones en nuestras calles, en la seguridad, el respeto hacia las mujeres los ancianos y a nosotros mismos.
La solución no está solo en generar un veto o cambiar de sede a una selección. La solución deberá estar en que el propio aficionado sea capaz de transmitir una esencia de respeto y orientación hacia sus hijos y hacia su propio entorno. Es imperante que se forje un cambio cultural y que los propios aficionados pongan medidas que puedan generar esa conciencia común.
Hoy el poder no recala en la Federación ni en las autoridades, hoy el que tiene la última palabra es el propio aficionado, como usted o como yo, para comprender y entender que el cambio se genera en uno mismo.
Hasta la próxima…
Por: Alberto Romero Rodríguez
Cuenta; ManchonPenal
@AlbertoRomeroMP