“Las violaciones del protocolo que resulten en la propagación del virus que afecte nuestra liga serán un causal para que la liga actúe de manera inmediata. Los jugadores y todos los que la conformamos debemos ser conscientes de lo que vivimos y ser un ejemplo para los aficionados”
Roger Goodell Comisionado de la NFL
Protocolos van y protocolos vienen, lo cierto es que algunos personajes de nuestro futbol, y una que otra directiva, pasan por alto la situación mundial que se vive, privilegiando como siempre el tema económico por encima de cualquier otra cosa.
Lo de Grupo Pachuca esta semana fue vergonzoso y condenable para sacar provecho de un partido de futbol a sabiendas que la multa que recibirían sería de risa. La Comisión Disciplinaria una vez más ha actuado de forma importante enviando un mensaje de cero tolerancia a este tipo de decisiones ventajosas y penosas por parte de una de las directivas que hasta ahora era una de las más ejemplares del futbol mexicano.
El veto al Estadio Hidalgo es un justo castigo a un acto de burla por parte de la dirigencia de Grupo Pachuca, representada por Jesús Martínez. Y qué decir del caso de Santos y su directiva representada por Alejandro Irarragorri, donde evidentemente se muestra una negligencia absoluta por la entrada en su estadio el pasado jueves y en donde debería recibir la misma sanción con el veto de su estadio.
Resulta preocupante que dos directivos tan serios y de tanta relevancia para nuestra liga actual puedan olvidarse de privilegiar el cuidado y la salud de sus aficionados y tengan tan poca sensibilidad para quererle ver la cara a nuestro futbol y nuestras autoridades.
Tanto Grupo Pachuca como Grupo Orlegi deberían no solo salir a ofrecer una disculpa pública, sino a donar lo recaudado en sus respectivas taquillas como una muestra de solidaridad y de respeto por las miles de personas y familias que se han visto afectadas por la enfermedad del Covid-19.
Resulta indignante que cada uno haya salido a dar una cifra de asistencia irrisoria, cuando es evidente que en ambos estadios no se cumplieron con las medidas necesarias para garantizar una adecuada práctica reglamentaria de la capacidad de sus respectivos estadios.
Resulta imperante que directivos y todos aquellos involucrados en el futbol actúen de forma responsable y lo tomen con la seriedad que esto amerita y envíen un mensaje contundente a la sociedad para erradicar una enfermedad que ha cobrado ya muchas vidas.
El futbol ni el dinero pueden estar por encima de la integridad de los aficionados ni de ninguna persona y esto debe quedar claro para directivos, entrenadores, jugadores y todos aquellos actores de este y cualquier deporte.
Hasta la próxima…
Por: Alberto Romero Rodríguez
Cuenta: ManchonPenal
@AlbertoRomeroMP