Política

…y también en el Psicoanálisis

  • Columna de Alberto Isaac Mendoza Torres
  • …y también en el Psicoanálisis
  • Alberto Isaac Mendoza Torres

Cuando alguien me llama y me dice: “leí lo que escribiste y creo que…” me comienzo a angustiar porque en mi cabeza salen como gusanos de tierra después de la lluvia dos preguntas claves ¿qué escribí?, y ¿qué entendió mi interlocutor? Pues justo eso me acaba de pasar con la colaboración previa, un par de personas se pusieron en contacto conmigo para compartirme sus comentarios sobre la estafa piramidal psi y yo no hacía más que pensar ¿pues qué escribí?

Si desconfío de mi memoria sobre lo que haya escrito es porque cada texto pasa invariablemente por tres grandes estadios. El primero, cuando imagino lo que quiero decir, cómo lo voy a escribir y el efecto que me gustaría lograr, aquí todo es como un algodón de azúcar azul. El segundo, cuando estoy frente a las teclas y las golpeo sin misericordia, pero luego me arrepiento y entono melodías más suaves, y vuelvo a enloquecer, hago y deshago párrafos, según esté en mis tiempos de entrega puedo o no ser breve si tengo mucho tiempo soy breve si me he dormido esperando que las letras me transpiren y estoy sobre la hora, seguro haré textos largos. Y el tercer estadio, cuando ha salido a la luz y ya no es más mi texto (de hecho, deja de serlo desde el momento mismo en que se lo envío a mi editor), entonces se convierte en al menos tres textos, el que imagino que escribí, el que escribí y el que la gente que lo lee cree que escribí.

Por eso tengo que releer lo que escribí cuando alguien me interpela de esa manera tan audaz “leí lo que escribiste y…”, para tratar de entender qué escribí y qué carambas podría haber entendido la gente. Con esta sentencia a cuestas volví a mi colaboración semanal y lo que yo descubrí es que quizá pude dar a entender que las estafas piramidales “psi” dejan de fuera al psicoanálisis e involucran solo a todas las demás disciplinas que llevan este prefijo como bandera de guerra, de guerra comercial.

Nada más alejado de la realidad. Cuando hablo-escribo de las terapias “psi” desde luego que estoy también pensando en el psicoanálisis, aunque no lo nombre. Pero volviendo al punto, desde luego que hay también una estafa piramidal en el psicoanálisis, que se disfraza de mecanismos de estudio y transmisión de la disciplina.

De entrada, se me ocurre pensar en los grupos que se forman en torno a algún gurú del psicoanálisis, casi siempre auto referenciado como “lacaniano”, que perpetúa justamente lo que dice combatir: el discurso el amo, el discurso de la universidad. Arrobados en el nombre de Lacan, estas graciosas figuras se encargan de repetir cada que pueden y cada que no también, que es un “autor” harto difícil de comprender y que solo los iniciados como ellos tienen la llave que abre el hermetismo de ese conocimiento.

Así se la pasan histerizando a sus discípulos a los que les cobran sesiones de análisis, clases, seminarios, supervisiones de casos, les venden libros, con la promesa de que algún día ellos también serán merecedores de sentarse a la derecha de Lacan. Y claro, los que han llegado primero a estos grupos, se encargarán de llevar a otros más que quieren desentrañar el “complejo” pensamiento lacaniano.

También están los prófugos de la psicología, los que se licenciaron como psicólogos, pero reniegan de ese parto por cesárea, pero que se la viven parasitariamente en las escuelas o facultades de Psicología, porque les representa un semillero de pacientes o de seguidores de sus clubs de estudio.


Google news logo
Síguenos en
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.