¿ Un joven despachador de gasolina puede enseñarnos una lección de vida? Sí.
Y la lección es muy simple: la acción es la llave fundamental de todo éxito.
La frase es del pintor español Pablo Picasso y la sacamos del baúl de las palabras porque, sin saberlo, ese joven despachador de gasolina que alguna vez fuí, era el reflejo de esa filosofía.
Me levantaba cada fin semana para desempeñar un trabajo modesto, como el que realizan cientos de hombres y mujeres, pero con el mayor de los entusiasmos.
Las dos claves de la jornada laboral en esa humilde actividad para mí, eran la pasión y el servicio. Cada propina estaba ganada con un trabajo bien hecho.
¿Cómo brinqué de despachar gasolina a la enseñanza de una disciplina deportiva en instituciones públicas y privadas? Con un aprendizaje de vida que implicaba la superación del “no puedo” al soy capaz.
No hay límites para quien sueña y concreta sus sueños. No hay límites para quien quiere transmitir los conocimientos de las artes marciales y el deporte porque éstas le forjan un espíritu de lucha, de combate al propio miedo y a la superación del dolor.
Cada vez que un niño se coloca el uniforme blanco y persiste para escalar en los grados, no se trata de ser más fuertes para quebrar una tabla, o patear más duro.
Hablamos de la disciplina, de esa acción que te lleva a ser exitoso.
Durante 21 años como profesor al frente de pequeños he intentado que aprendan a través del TKD, del deporte, de su propia fuerza, de su dominio, de su liderazgo.
Es un constante recordatorio para mí, de que un despachador de gasolina siempre podrá escalar hasta llegar a ser lo que quiera.