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El grito homofóbico en los estadios de fútbol y el silencio del Estado mexicano

Desde 2014 la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación rechazó los gritos homofóbicos que la afición expresa en los partidos de la selección mexicana.

Por: Paulina Madero Suárez

Ilustración: Guillermo Préstegui, cortesía de Nexos

El grito homofóbico, como una crítica dentro de los partidos, refuerza estereotipos y prejuicios en contra de la población LGBTIQ+ en donde una persona homosexual se considera “cobarde” dentro de una heteronormatividad impuesta socialmente. En un país en el que según la Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2017, el 40 por ciento de las personas de la población no heterosexual declaró que se le negaron sus derechos y el 72 por ciento de las personas trans respondieron que en el país se respetan poco o nada sus derechos, no solamente estamos ante una ‘costumbre’ sino ante una manifestación colectiva de violencia. Claramente, en un espacio como los estadios deportivos que han sido históricamente dominados por hombres, esta conducta sirve como un mecanismo para perpetuar una narrativa discursiva colectiva en la que se señala que la peor ofensa que se puede hacer al equipo contrario es decirle “homosexual” a uno de sus miembros.

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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