Por: Erick Serna Luna
Ilustración: Alberto Caudillo, cortesía de Nexos
La serie ha sido objeto de diversos análisis, debido a que es una crítica a la sociedad surcoreana que ha sido objeto del endeudamiento como forma de vida y subsistencia. Su creador ha dicho que ésta fue una de sus intenciones detrás de El juego del calamar. Otros análisis se han enfocado en advertir sobre el peligro de que la serie sea vista por públicos infantiles y adolescentes, quienes podrían replicar los juegos y conductas violentas que conforman la trama. Entonces, la representación que hacen las infancias de El juego del calamar no es exclusiva de los barrios populares, sino que ha sido un fenómeno social que ha permeado a distintos estratos sociales. Prueba de ello es que los disfraces alusivos a los personajes de la serie fueron las indumentarias más socorridas por las infancias para disfrazarse el día de brujas. Asimismo, en diversas partes de la ciudad se pueden encontrar representaciones de la emblemática muñeca gigante.