La industria mexicana del envase y embalaje se ha consolidado como un sector estratégico para la economía y la seguridad alimentaria, afirma Erick Suárez, presidente de la Asociación Mexicana de Envase y Embalaje (AMEE). Con procesos modernos y competitivos a nivel internacional, México no solo abastece al mercado interno, también desarrolla soluciones capaces de posicionarse en el extranjero.
“En muchos casos vamos a la par de países como Estados Unidos (EU), tanto en innovación como en calidad”, señaló Suárez. Explicó que el envase juega un papel clave en la lucha contra el desperdicio de alimentos, alargando su vida útil y asegurando que lleguen en buen estado a los consumidores.
El sector representa alrededor del 1.7 por ciento del PIB nacional y, tras la pandemia, su relevancia quedó más clara con el crecimiento del comercio electrónico y las entregas a domicilio. “El envase no es un accesorio, es parte esencial del producto”, recalcó.
De cara al futuro, la AMEE impulsa la adopción de tecnologías sustentables que combinen conservación de alimentos y reducción de impacto ambiental . En este sentido, la próxima Expo FoodTech, a realizarse el 8 y 9 de octubre en el Centro Banamex, se perfila como un espacio clave para conocer innovaciones en materiales, reciclaje y economía circular.
¿Qué papel juega la industria del envase y embalaje en el sector de alimentos y bebidas?
En AMEE reconocemos la importancia estratégica del envase y el embalaje, especialmente cuando lo vinculamos con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Uno de los más relevantes es el ODS 2: Hambre Cero. Alimentar a 8 mil 500 millones de personas hacia 2030 exige soluciones que alarguen la vida útil de los alimentos, conserven su calidad, faciliten su transporte y reduzcan el desperdicio.
Una correcta estrategia de envasado puede marcar la diferencia entre alimentos que llegan a quienes los necesitan o que se pierden antes de consumirse. Por eso impulsamos tecnologías que no solo conservan, sino que también contribuyen a la sostenibilidad. Desde nuestra experiencia vemos que muchas empresas cambian de plástico a papel, a vidrio o viceversa únicamente por la presión del consumidor. Nosotros siempre hacemos una pregunta clave: ¿por qué quieres cambiar tu envase? En AMEE decimos que “el producto define al envase, y no al revés”. Factores como la vida útil, condiciones de almacenamiento, transporte y uso final deben guiar la decisión.
¿Cómo contribuye la expo FoodTech a este objetivo?
FoodTech es un punto de encuentro estratégico para conocer innovaciones en materiales, maquinaria, aditivos y soluciones sustentables. También se abordan temas como la gestión de residuos post-consumo, la circularidad de los materiales y nuevas tecnologías de reciclaje. Nuestro enfoque es técnico y neutral: no existen materiales “buenos” o “malos” en sí mismos, todos tienen ventajas y desventajas dependiendo del producto y de su destino final.
Por eso invitamos a todos a la próxima edición, el 8 y 9 de octubre en el Centro Banamex, donde los asistentes podrán evaluar de primera mano estas tecnologías, analizar su viabilidad y tomar decisiones más informadas. Al final, el envase no solo protege: asegura la inocuidad, preserva la calidad y permite que más personas tengan acceso a los alimentos.
¿Cuáles son las principales tendencias que están transformando la industria?
Hoy la innovación se concentra en dos grandes ejes. Por un lado, la sustentabilidad, con todo lo que implica en reducción de residuos, optimización de materiales y desarrollo de nuevos esquemas de economía circular. Por otro lado, la seguridad alimentaria y nutricional, que busca garantizar que los productos lleguen en óptimas condiciones al consumidor.
Cuando logramos unir ambas dimensiones —tecnología sustentable y conservación de alimentos—, ofrecemos productos que no solo cumplen su función, sino que nutren, mantienen su calidad y tienen menor impacto ambiental. Esa es la verdadera innovación: soluciones que benefician tanto a las personas como al planeta.
ÉL DICE“No solo somos consumidores de tecnología,
También somos creadores. Esa es nuestra fortaleza y la debemos potenciar”
¿Qué tan consciente está la sociedad sobre la relevancia de esta industria en la economía nacional?
El sector representa cerca de 1.7 por ciento del PIB nacional, aunque pocas veces se reconoce su peso real. Todas las industrias dependen de envases y embalajes: desde alimentos y bebidas hasta electrónica, farmacéutica o franquicias. La pandemia visibilizó este papel, especialmente con el auge del comercio electrónico y las entregas a domicilio. Ahí quedó claro que el envase no es un accesorio, sino parte esencial del producto.
Hoy los consumidores están cada vez más informados y exigen transparencia. Investigan sobre reciclabilidad, huella ambiental y materiales, y eso les otorga poder de decisión. La tarea de la industria es acompañar esta tendencia con educación y soluciones que realmente funcionen.
¿Qué oportunidades existen para exportar hacia otros mercados?
México no solo consume tecnología, también la crea. Hemos desarrollado soluciones innovadoras que nacen de nuestros propios retos —desde la logística hasta las condiciones climáticas— y que hoy tienen potencial de aplicarse en otros países con contextos similares.
Estas innovaciones en conservación, accesibilidad y distribución permiten mejorar la seguridad alimentaria y pueden beneficiar a mercados emergentes. En este sentido, México tiene la oportunidad de posicionarse como un referente regional en envase y embalaje, no solo como fabricante, sino como generador de conocimiento y tecnología.
¿Cuáles son los principales desafíos ante la regulación en México?
El reto más grande está vinculado con la producción de alimentos. El cambio de uso de suelo, poco regulado en muchas zonas, y la limitada modernización de la tecnología agrícola condicionan la oferta. Aunque en envase y embalaje ya estamos alineados a estándares internacionales, la verdadera pregunta es cómo producir suficiente alimento hacia 2030.
Eventos como FoodTech son esenciales para mostrar soluciones, visibilizar propuestas y acercarlas tanto a la sociedad como a los tomadores de decisiones, que deben comprender cómo estas innovaciones pueden ayudar a resolver los grandes retos de alimentación y sostenibilidad.
¿Está preparada la industria mexicana para competir con proveedores internacionales?
Definitivamente sí. En los últimos años hemos hecho avances significativos, como corridas más cortas y flexibles que permiten atender a negocios pequeños o con necesidades específicas, sin depender exclusivamente de la importación. Aunque muchos recurren a proveedores de bajo costo en China, en México ya existen alternativas competitivas, confiables y de calidad.
De ahí la importancia de asistir a foros como FoodTech, donde los visitantes pueden conocer de primera mano la capacidad productiva nacional y comprobar que las soluciones locales cumplen con estándares internacionales.
¿Cómo ha logrado México posicionarse a la vanguardia?
Nuestra industria es amplia, moderna y tecnológicamente avanzada. Contamos con procesos de producción accesibles en costos, competitivos en calidad y comparables a los de mercados como Estados Unidos. Además, lo que se desarrolla fuera del país puede “tropicalizarse” a nuestras condiciones y necesidades, algo que ya se está haciendo de manera efectiva.
Podemos afirmar con confianza que México está en una posición de vanguardia y que tiene la capacidad de responder a prácticamente cualquier necesidad en materia de envase y embalaje, tanto en el mercado nacional como en el internacional.
JLR