El presidente Donald Trump y Xi Jinping, su homólogo chino, sostendrán una reunión bilateral cuando los dos líderes asistan a la cumbre del G20 en Japón este mes, lo que aumenta las esperanzas de que Estados Unidos y China resuciten los moribundos esfuerzos para poner fin a su guerra comercial.
“Tuve una muy buena conversación telefónica con el presidente Xi de China. Vamos a sostener una reunión extendida la próxima semana en el G-20 en Japón”, escribió Trump en Twitter el martes. “Nuestros respectivos equipos comenzarán las conversaciones antes de nuestra reunión”.
Trump había sugerido anteriormente que los dos líderes se reunirían en el G20 en Osaka, pero la Casa Blanca se negaba a aclarar si hablarían en un entorno de grupo con líderes mundiales o celebrarían una reunión bilateral. Un funcionario chino confirmó al Financial Times que Xi había acordado celebrar una reunión bilateral con Trump.
Los funcionarios estadunidenses y chinos estuvieron celebrando negociaciones comerciales durante el año pasado. Ambas partes parecían dirigirse hacia un acuerdo el mes pasado, pero las conversaciones se derrumbaron en el último minuto. EU acusó a China de dar marcha atrás en partes del acuerdo que ya se había acordado, mientras que Pekín acusó a Washington de intentar cambiar el acuerdo.
Tras el fracaso de las conversaciones, Trump amenazó con imponer aranceles a los aproximadamente 300 mil millones de dólares en productos chinos que aún no estaban sujetos ese tipo de impuestos. La medida provocó conmoción en la comunidad empresarial estadunidense, que había advertido a Trump sobre el impacto en todo tipo de cosas, desde las cadenas de suministro hasta los precios minoristas para los consumidores.
Larry Kudlow, el principal asesor económico de la Casa Blanca, dijo ayer que no quería especular sobre si los dos países estaban cerca de alcanzar un acuerdo.
“Es realmente difícil de decir y no quiero especular. Los dos líderes van a hablar”, dijo Kudlow a los periodistas. “Ya veremos. Sabremos mucho más cuando eso ocurra”.
La semana pasada, más de 600 empresas y asociaciones comerciales -entre ellas minoristas como Walmart y Target- instaron a Trump a regresar a la mesa de negociaciones con China. En una carta, señalaron que si bien apoyan los esfuerzos para convencer a China para que promulgue una reforma estructural, consideran que los aranceles son un impuesto para los estadunidenses.
“Los aranceles adicionales tendrán un impacto significativo, negativo y a largo plazo en las empresas, los agricultores, las familias estadunidenses y en la economía de EU”, dijo el grupo. “Una intensificación en la guerra comercial no es en el mejor interés para el país, y ambas partes van a perder”.
El tuit de Trump hizo que subieran las acciones estadunidenses y el yuan en el exterior de China. La llamada tasa CNH -que opera fuera de China continental (principalmente en Hong Kong)- revirtió una caída de 0.1 por ciento para operar 0.4 por ciento más alto a 6.903 por dólar.
Recorte del déficit, tema de campaña
El anuncio sobre la reunión del G20 se produjo cuando Trump se preparaba para lanzar oficialmente su campaña de reelección. Si bien no había nada que sugiriera que Trump no iba a competir, el presidente tenía que iniciar formalmente su campaña con un gran mitin político en Florida, un estado en disputa en el que ganó las elecciones de 2016.
Trump hizo campaña sobre la necesidad de abordar el desequilibrio comercial con China. Cuando asumió el cargo, EU tenía un déficit comercial de 347 mil millones de dólares con China. El año pasado se amplió a 419 mil millones de dólares, un aumento de más de 20 por ciento en los primeros dos años de su administración. Sin embargo, en una buena noticia para Trump, los datos de los primeros cuatro meses de 2019 han visto una marcada disminución en el déficit mensual en comparación con hace un año.
MRA
 
	