Comprar un auto de lujo en México, para quien puede acceder a uno debido a que son unidades con un valor mínimo de medio millón de pesos, era motivo de diversión y entusiasmo, pero con la pandemia de coronavirus covid-19, el comercio de este tipo de unidades simplemente "metió la reversa" más grande desde que tiene registro la industria.
Entre enero y noviembre de 2021 se comercializaron en el país 25 mil 901 unidades premium, 9 por ciento menos que lo reportado en el mismo lapso del año pasado, el volumen más bajo que reporta el sector desde que tiene datos el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Previo a esto, en 2020 a causa de la emergencia sanitaria, la venta de estas unidades se desplomó 32.4 por ciento, su mayor caída desde la crisis económica de 2009.
“No es lo mismo que antes, iban las personas a cualquier agencia y había un stock interesante que comparaban entre agencias y marcas. Hoy no es de la misma forma, ya el stock es mucho más reducido”, contó Michel Vázquez, gerente de ventas de BMW San Antonio.
Esto lo cuenta porque la escasez de semiconductores, como el incremento en la inflación, limitó la oferta de los autos y redujo la demanda de los mismos.
“Lo que también influye en el resultado de los automóviles de mayor valor es que hay una disminución en la capacidad de endeudamiento y de gasto de una buena parte de los consumidores mexicanos”, explicó Guillermo Rosales, presidente ejecutivo de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA).
Mercedes Benz es la segunda marca de autos premium que más vende en México con una participación de 26.8 por ciento; a pesar de ello su volumen de ventas entre enero y noviembre de este año bajó 1.3 por ciento comparado con el mismo lapso de 2020.
También cayó la venta de marcas como Infiniti, con 18.4 por ciento; Porsche, 4.4 por ciento; Acura, 9.1 por ciento; y Lincoln, 5 por ciento, los cuales fueron parcialmente compensados por un aumento de 10.4 por ciento en ventas del Grupo BMW.
“En esta industria el tema de volatilidad financiera es muy importante, hemos visto diferentes comportamientos en los mercados generales y esa probable inestabilidad genera incertidumbre. Otro factor importante es el tema de seguridad nacional, que es relevante para nuestros consumidores”, aseveró Guillermo Ordóñez, gerente de Marketing de Maserati, fabricante italiano de autos deportivos de lujo.
Solo en noviembre de 2021 se vendieron en México mil 723 autos de lujo, casi 10 por ciento menos que en octubre previo, además de ser el peor mes de la industria desde mayo de 2020, cuando apenas se abrían las agencias tras dos meses de encierro por el confinamiento.
“El mercado mexicano es muy sensible al precio, exige y demanda mucho para que se pueda tener acceso a estos vehículos y eso castiga muchas veces o demanda que se hagan mayores esfuerzos con respecto a otros mercados que tienen una mejor riqueza", expuso Gerardo San Román, director de la consultora Jato Dynamics para la región de América Latina.
Toyota Prius, el vehículo híbrido de mayor venta en el país, es a su vez el de mayor participación entre los autos de lujo, pues representa 16 por ciento del mercado total del segmento con 4 mil 144 unidades; sin embargo, por volumen vendido bajó 8 por ciento.
El segundo auto más vendido es Toyota Camry con 2 mil 707 unidades; le sigue Mini Cooper con 2 mil 599, Dodge Charger con mil 581 y Audi Q2 con mil 574.
Del total de autos vendidos en México, las unidades de lujo representan 2.8 por ciento del mercado total de 2021, porcentaje menor al de 2020 cuando era 3.4 por ciento.
Simplificación
Desde la perspectiva de San Román, de Jato Dynamics, los obstáculos para la manufactura de los vehículos de lujo también llevaron a las empresas a simplificar sus líneas de producción, lo que de igual forma repercutió en la oferta y con ello en sus niveles de comercialización.
“También se está viendo una simplificación de las líneas, por ejemplo, en muchos sentidos empiezas a ver que ya no hay tantas versiones o tantas distintas motorizaciones o lo que llamamos el tren motriz entre distintos modelos o dentro de un mismo modelo encuentras que todos vienen con la misma planta motriz, entonces eso simplifica mucho tanto los procesos como también la oferta que estás simplificando”, agregó.
En lo anterior coincidió Rosales, de los distribuidores de automotores, quien aseveró que las marcas del segmento se alinearon con la tendencia a escala mundial: utilizar de la mejor forma los recursos disponibles, permitiendo así el abasto en los otros mercados donde tienen presencia.
Por otro lado, para Vázquez, de BMW, las empresas pueden observar un mayor potencial de venta en otros mercados frente al mexicano, como el estadounidense, que podría representar mayor rentabilidad, lo que las lleva a priorizar otros destinos para mandar su mercancía antes que a nuestro país.
Añadió que el tiempo de espera por un vehículo nuevo, que si antes era de semanas ahora es de hasta seis meses, es otro factor que ha incidido en el ánimo de los consumidores.
Rosales consideró que para el 2022 la participación de este segmento se encontrará en niveles similares a los de este año, pues seguirán los problemas de oferta cuando menos en el primer semestre, además de que el poder adquisitivo de los consumidores se recuperará lentamente.
AMP