La Asociación Nacional de la Industria Química (Aniq) confía en que el tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) mantenga las condiciones actuales para el sector, lo cual considera favorable.
Estatus quo a favor de las tres naciones
En entrevista para MILENIO, el presidente de la Aniq, José Carlos Pons, ve con optimismo la revisión del T-MEC programada para el próximo año.
“En general, el 'status quo' es bastante bueno, no nada más para México, sino para el resto de los países del tratado”, mencionó.
Se mostró confiado debido a la relación de mutua correspondencia comercial entre México y la Unión Americana.
“Tenemos una dependencia muy importante de importación en Estados Unidos (…) Ellos nos venden 36 mil millones de dólares", comentó.
"Cuando tú ves a la industria química de Estados Unidos, ellos van a buscar que esas importaciones puedan seguir llegando a México”, detalló.
Respecto al Anexo 12-A del T-MEC, que busca homogeneizar regulaciones, Pons agregó que el objetivo es estandarizar reglas para que los procedimientos de importación sean parejos en los tres países.
“Queremos movernos a un sistema más integrado, más homogéneo, alineado con la necesidad de que la nueva Ley Aduanera mexicana esté acorde con cómo operan sus socios comerciales”, subrayó.
Próximos desafíos
El presidente de la Aniq reconoció las acciones del gobierno mexicano para proteger a los productores nacionales de importaciones que no cumplen con reglas de comercio justo, aplicando aranceles que en algunos casos llegan al 35 por ciento.
“Lo que está haciendo a final de cuentas es proteger a la capacidad instalada y logrando mantener los empleos que ya están en nuestras plantas”, afirmó.
Sin embargo, alertó que el siguiente gran desafío para la industria química es la Ley Aduanera, crucial para un sector que depende de importar 36 mil millones de dólares en materias primas.
La Aniq, por otro lado, puntualizó que después de meses de trabajo, el reglamento de la Ley de Hidrocarburos se publicó de una manera que evita un potencial colapso operativo para la industria.
“Estuvimos preocupados ´por cómo iban a acabar esos reglamentos. En un extremo vimos algunos proyectos que consistían en multiplicar de 5 mil a 10 mil productos que se querían regular”, explicó el dirigente.
Agregó que dicho proyecto no sólo hubiera afectado a las empresas, sino que el gobierno mismo no iba a poder controlar esa cantidad y complejidad de productos.
“Tras sesiones con la Secretaría de Energía (Sener), el resultado final fue positivo: salió muy en línea con lo que nosotros planteamos”, dijo el directivo.
AG