La noche del 22 de septiembre murió Ismael Ayala en un centro médico de California. Estaba bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés).
Las causas de su fallecimiento son inciertas. Como él, otros nueve mexicanos han muerto en detención migratoria este 2025. Los connacionales fallecidos bajo custodia representan la tercera parte de las 27 víctimas totales, un dato que contrasta con el año más crítico de la pandemia del Covid-19.
La letal administración Trump
El primer año de la segunda administración Trump ha sido aún más mortífero que 2020, cuando la pandemia de Covid-19 sin control contribuyó a la muerte de 21 migrantes en los centros de detención.
El aumento de muertes en aquel año es atribuido a las condiciones de hacinamiento, detenciones por miles, negligencias médicas, así como angustia y hasta violencia armada, de acuerdo con las organizaciones civiles.
En menos de un año, la administración Trump ha incrementado el número de personas detenidas en instalaciones de ICE en casi un 50 por ciento. Actualmente, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) encarcela a cerca de 60 mil personas. El impulso de la administración por detenciones masivas y deportaciones ha provocado un hacinamiento, ya que la mayoría de las instalaciones superan ahora su capacidad contractual.
En septiembre de 2020, activistas denunciaron que el ICE cerró el periodo fiscal 2020 con 21 inmigrantes muertos bajo su custodia, su peor año desde hace 15 años, debido a la incidencia del coronavirus en sus centros de detención, denuncian activistas. Cinco años después, los muertos son más que durante la pandemia.
Bajo el gobierno de Donald Trump, informes de organizaciones de derechos humanos y académicos han denunciado un incremento en el uso amplio de la detención migratoria, incluidas personas sin antecedentes penales graves o sin historial delictivo alguno.
Señalan condiciones inadecuadas en centros de detención
Organizaciones como Amnistía International, Human Rights Watch y agrupaciones legales locales han documentado las condiciones que describen como crueles, inhumanas y degradantes en centros de detención de inmigración, incluidos Krome en Florida y el mega‑campamento de ICE en Fort Bliss conocido como Camp East Montana.
Los testimonios e informes apuntan a un patrón recurrente: hacinamiento, temperaturas extremas, sanitarios desbordados o sucios, acceso muy limitado a duchas, alimentación deficiente, iluminación constante y uso extendido del aislamiento, junto con demoras graves o negativas en la atención médica y de salud mental, en algunos casos vinculadas a hospitalizaciones evitables y muertes bajo custodia.
Es el caso del mexicano Ismael Ayala, quien tenía un absceso en el glúteo al momento de su detención, sin embargo, falleció en un hospital y la agencia de migración reportó escuetamente que padecía hipertensión.
De acuerdo con un análisis elaborado por la American Inmigration Council, en los centros de detención, el hacinamiento ha provocado condiciones desastrosas e inhumanas.
Por ejemplo, una oficina de campo de ICE en Massachusetts utilizó una habitación sin ventanas como área de espera llena de "35 a 40 hombres" que tenían que compartir un baño sin privacidad y dormir "cabeza a cabeza" en los suelos de hormigón.
¿A qué situaciones se someten los inmigrantes detenidos?
De manera similar, en el Centro de Procesamiento de Servicios Krome en Florida, la gente se veía obligada a dormir en el suelo y solo se les daba "una taza de arroz y un vaso de agua al día." ICE se niega a proporcionar suficiente alimento en algunas instalaciones y proporciona comida podrida en otras. Estos informes alarman, comprensiblemente, a los familiares y a los defensores.
El hacinamiento y la mala higiene pueden propagarse y agravar enfermedades, causando muertes. Pero la negligencia médica en detención puede tener consecuencias igualmente perjudiciales. A los arrestados enfermos se les niega la atención, lo que lleva a un empeoramiento innecesario de las condiciones médicas.
En otro caso, un hombre de 23 años previamente sano no pudo caminar debido al dolor tras solo unos meses en confinamiento ICE debido a negligencia médica. El solicitante de asilo venezolano era frecuentemente trasladado entre centros de detención sin poder ducharse o cambiarse de ropa, obligado a dormir en el suelo y se quejaba frecuentemente de dolor.
Las enfermeras le recetaron antibióticos y analgésicos, pero sus registros médicos muestran que rara vez las recibía, y que ICE le quitó la medicación cuando lo trasladó entre centros de detención.
Finalmente, sus síntomas empeoraron tan agudamente que fue "llevado al hospital en silla de ruedas, asistido por otros detenidos, porque no podía caminar por sí mismo." La historia de este joven es solo un ejemplo de innumerables incidentes horribles que ocurren fuera del ojo público.
Las políticas de detención migratoria de la administración Trump y las condiciones deplorables resultantes también han provocado efectos desastrosos en la salud mental de los detenidos.
Tres de las muertes reportadas son por aparente suicidio. Brayan Rayo-Garzon, de veintisiete años, fue encontrado "inconsciente en su celda con una manta envuelta alrededor del cuello" en abril de 2025. Durante sus dos semanas de detención, su cita con la clínica de salud mental se reprogramó dos veces.
En junio, el mexicano Jesús Molina-Veya fue descubierto "inconsciente con una ligadura de tela alrededor del cuello atada al barandal inferior de la litera superior."
El chino Chaofeng Ge también fue encontrado "con una ligadura de tela alrededor del cuello en una ducha", cuatro días después de su evaluación de ingreso, según los reportes. Las organizaciones civiles han reportado que muchos de los detenidos, han informado de haber experimentado angustia mental aguda durante la detención, incluidos pensamientos suicidas.
Y los no ciudadanos detenidos por ICE tienen otra amenaza mortal de la que preocuparse: la violencia armada.
Dos personas detenidas por ICE murieron a manos de un hombre armado que abrió fuego contra una instalación de ICE en Dallas, uno de ellos, el mexicano Miguel Ángel García. Este incidente fue el tercer tiroteo en un centro federal de inmigración en Texas en los últimos meses de este 2025 , lo que aumentó los temores sobre un aumento de la violencia política.
Y aunque las personas detenidas por inmigración han protestado contra su trato inhumano para concienciar, la rendición de cuentas de ICE ha sido muy limitada, de acuerdo con los reclamos de las organizaciones.
En este contexto, en Nueva York, un juez federal ordenó a ICE que mantuviera a menos personas en las celdas y permitiera que la gente se duchara con más frecuencia en un centro de detención de Manhattan. Pero incluso con una orden judicial, las malas condiciones persisten, mientras las detenciones de migrantes aumentan.
MD