El mundo laboral de Carlos Armas se endureció. Ya no es como hasta hace unos meses, cuando los traileros mexicanos eran reyes de las carreteras en Estados Unidos. Nadie se metían con ellos y se cotizaban alto por ofrecer servicios de transporte de carga por todo el país.
No importaba tanto que no dominaran el idioma inglés, se sabían indispensables, dijo Armas para MILENIO. Hoy, sin embargo, se prevé un déficit de 162 mil conductores para 2030.
EU exige hablar inglés; aplican el englishómetro
El señor Armas sabe que él y su equipo de camioneros están en la mira. Incluso a él, que es un latino trigueño, ni moreno ni blanco, lo pueden detener y aplicarle el englishómetro, ‘basculearlo’, cuestionarlo y quitarle el tiempo que en su oficio vale oro. Y si eso le pasa a él, que no tiene problemas con el idioma ni sus documentos, hay malos augurios para otros que no cuentan con esas ventajas.
“Quienes no hablan bien el inglés lo están pasando peor”, contó a MILENIO en entrevista telefónica. Va al volante de uno de los seis tráileres de su empresa, porque no encuentra suficiente personal.
“Ya casi nadie quiere ser trailero. Aunque el salario es 40 mil dólares anuales, no interesa a los jóvenes, y menos en este momento”.
El 28 de abril, el presidente estadunidense Donald Trump firmó una orden ejecutiva que exige hablar inglés a conductores de transporte de carga. Dos meses después, entró en vigor y se agudizaron las inspecciones de la Administración Federal de Seguridad de Autotransportes (FMCSA, por sus siglas en inglés) y agentes del servicio de inmigración (ICE, en inglés).
Con su personal Englishómetro de oído, los oficiales plantean preguntas: hacia dónde va, de dónde viene, qué lleva en los contenedores. Piden que el conductor reconozca señales de tráfico y, si titubea, se traba o no fluye (yo, me, left, derecha, no understand) le retienen la unidad, le quitan la licencia y, si no tiene documentos, hasta lo deportan.
Para finales de octubre, FMCSA reportó poco más de 23 mil 100 conductores con violaciones al requisito conocido como Competencia en el Idioma (EPL, por sus siglas en inglés). Derivado de estas, el secretario de Transporte, Sean Duffy, reveló que sacaron de circulación a 7 mil 248 conductores, lo cual equivale el 31 por ciento del padrón total.
“Los conductores necesitan proporcionar retroalimentación a sus empleadores y clientes, y recibir las instrucciones correspondientes en inglés. Esto es de sentido común”, argumenta el decreto de Trump.
En pocas palabras, los mexicanos que no estudiaron en Harmon Hall están a merced de la migra.
Crónica falta de choferes gringos y extranjeros
Pero la persecución ha generado polémica. Mientras Duffy y otros funcionarios justifican sus acciones en carreteras con casos emblemáticos como el de Harjinder Singh, un indocumentado indio de 28 años que dio una vuelta en U y provocó un accidente en el que murieron tres personas este año, la realidad es que Estados Unidos lleva años sufriendo por la falta de transportistas.
En julio la empresa de servicios tecnológicos Tech.co documentó a través de una encuesta que el 69 por ciento de las empresas de transporte de mercancías tenían dificultades para satisfacer la demanda, debido, precisamente, a la escasez de conductores.
En otro cálculo, Statista, sitio especializado en estadísticas, determinó con base en reportes de la International Road Transport Union (RTU) que para 2030, ese país necesitará 162 mil choferes –más los que Trump eche debido a su englishómetro–.
Lo curioso es que el órgano de Seguridad de Autotransportes o FMCSA, no ha logrado tener evidencias contundentes sobre la relación entre la falta de dominio del idioma y los accidentes.
En el estudio Guía de bolsillo para estadísticas de camiones y autobuses grandes de 2023, el organismo público sí reconoce el tema, pero no revela el porcentaje de accidentes que sí tienen como causal la incomprensión verbal o escrita del inglés.
“Si vemos la estadística, no sólo los migrantes tienen accidentes; también los mismos estadunidenses”, observa Rogelio Ávila, presidente del Consejo Internacional de Migrantes Mexicoamericanos en Estados Unidos y empresario del transporte de carga en Los Ángeles.
“Los hispanos, principalmente los mexicanos, tenemos choferes muy buenos, muchos llevaban décadas trabajando aquí porque les permitían usar el traductor para comunicarse y la mayoría no ha tenido ningún percance. Ahora les están quitando la licencia por no hablar tan bien como quieren los inspectores”, informa Ávila.
La exigencia del inglés está plasmada en la ley desde 1937, pero durante el gobierno del presidente Barak Obama se quitó el castigo de la suspensión de la licencia por falta de dominio del idioma oficial y apostó por la tecnología de los traductores.
Fue en 2016, poco después de uno de los primeros informes de la Organización internacional para el Transporte en Carretera (IRU por sus siglas en inglés), que documentaron el déficit mundial de 2.3 millones de camioneros, mismo que ha ido en incremento.
Los últimos años creció a casi tres millones de conductores; ocho años después, el pronóstico empeoró y para 2028 se espera que haya siete millones de vacantes en todo el mundo.
“Trump no está pensando en el sistema de abastecimiento que hacen los camiones de carga, sino en la política: quiere dar el mensaje de que está poniendo orden mientras criminaliza la migración, aunque genere el aumento en los precios las mercancías”, se queja el empresario Armas mientras soporta las inspecciones de sus tráileres que, considera, tienen una dedicatoria racista.
“Hay muchos conductores blancos de Europa del este y no les dan el mismo trato”.
Mientras tanto, el transportista acaba de llegar a una báscula para pesar la carga que trae. El supervisor le hará preguntas, aunque está en las afueras de Chicago, donde antes no habría imaginado que eso sucediera por ser un estado demócrata. Pero ahora el gobierno federal va por su cuenta: FMCSA y ICE son equipo.
Manejo del inglés, pretexto racista
Las supervisiones han impactado en el gremio: los choferes ya no quieren ir a los estados republicanos, alerta Ávila, cuya empresa tiene sede en Los Ángeles, California. Pero reconoce que no hay mal que por bien no venga:
“Los empresarios ya empezamos a capacitar a los conductores para que aprendan inglés. Muchos decían que lo hablaban, pero en México no hacen un examen para probarlo”.
Como muestra, su propia historia: “Hace años yo tenía mi licencia de conducir particular americana, pero fui a sacar una para transporte de carga a México, y solo me preguntaron si yo tenía estudios de preparatoria. Como dije que sí, me respondieron: ‘Ah, si terminó la preparatoria, entonces habla inglés’, y me la dieron sin que yo dijera una sola palabra”.
Así las cosas, de lado sur del río Bravo, el gobierno de Estados Unidos documentó también actos fraudulentos con tentáculos en la capital mexicana que hizo públicos antes de lanzarse a los operativos carreteros con el englishómetro: supuestas licencias fraudulentas emitidas desde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes entre 2020 y 2024.
MILENIO consultó lo anterior con esta dependencia, que no emitió comentario alguno.
Con casos particulares, el gobierno estadunidense ha logrado armar una narrativa para ir contra de los choferes, con lo que logró incluso el apoyo de organizaciones como la American Trucking Associations (ATA), una de las principales en el ramo, a pesar de que esta se ha quejado constantemente de la falta escasez de traileros.
“Celebramos la reciente orden ejecutiva del Presidente, que aporta la claridad tan necesaria en la industria”, sentenció en un comunicado en el mes de abril, cuando Trump firmó el decreto.
Previamente, algunos estados ya habían comenzado a revisar el uso y dominio del idioma con la intervención de policías estatales y los departamentos de Seguridad Nacional y del Transporte federal.
Más revisiones, menos rutas, mayores costos
Entre marzo y abril de 2025, en zonas como la de Indianápolis-Gary, se realizaron operativos conjuntos en las básculas de las autopistas I-65 e I-70. Los oficiales inspeccionaron primero el camión (frenos, cargas, libros digitales) y luego, si el chofer no podía comunicarse en inglés, se llamaba a un equipo de ICE.
Más de 40 choferes con licencias comerciales fueron detenidos por presunto estatus migratorio irregular. Varios recibieron órdenes de arresto administrativo y fueron trasladados a centros de detención.
Las compañías afectadas reportaron que perdieron entre cinco y 12 choferes cada una, generando retrasos de casi una semana en la entrega de mercancías. Eso aumentó el costo logístico hasta 30 por ciento, debido a que se debió contratar a traileros de emergencia que cobran más porque consideran que Indiana es una zona complicada y por tanto solicitaron cambiar rutas hacia Illinois y Missouri.
En Florida, tras la entrada en vigor de la antiinmigrante ley SB 1718, y la nueva aplicación estricta del requisito federal del idioma inglés, aumentó la presencia de básculas en las autopistas I-75 y Turnpike, según reportó FMCA.
En julio de 2025, un operativo de tres días en el condado de Hillsborough inspeccionó 120 camiones con un saldo de 80 choferes que fallaron la evaluación verbal y fueron censurados, pero sólo cuatro de ellos fueron arrestados por trámites migratorios pendientes.
El impacto, en cambio, fue mayor: los transportistas reubicaron rutas evitando Florida, aumentando hasta en 600 millas algunos recorridos por lo que subió el costo de flete procedente del sur del estado.
El 14 de mayo de 2025, en un retén sorpresa en la autopista I-40 en Oklahoma, los oficiales inspeccionaron 120 tráileres. Algunas empresas reportaron pérdidas por tres a cinco días debido a las unidades inmovilizadas y las más pequeñas tuvieron que cancelar rutas completas hacia Arkansas y Texas.
Los choferes tenían que explicar en inglés su cuaderno electrónico de ruta, tonelaje, origen y destino por lo que dos terceras partes, es decir 80 choferes, fueron declarados fuera de servicio por fallar la prueba de comunicación.

¿Es inevitable la conducción no humana?
Antes del decreto de Trump, parte de la logística se resolvía con traductores de Google o con empresas de monitoreo en español.
“Cuando no hablaban inglés y había complicaciones, los choferes me marcaban para que les ayudara y por eso me contrataron a mí, soy completamente bilingüe”, comenta Cirio Hernández, quien trabajó durante dos años en el ramo monitoreando los cargamentos.
La encuesta de Tech.co reveló que el 56 por ciento de las empresas priorizaron la retención de personal con mejoras en los salarios y las condiciones de trabajo, un 43 por ciento hizo hincapié en concentrarse en la captación de personal y un 44 por ciento piensa ofrecer mejores oportunidades de formación y desarrollo.
Sin embargo, la misma encuesta revela que a futuro esto podría cambiar. A pesar de que hoy sólo el 19 por ciento dice que usaría tráileres sin chofer humano, el 42 por ciento afirmó que prevé el uso generalizado de estos camiones autónomos en las carreteras estadunidenses en los próximos 15 años.
En esa senda, el ex candidato presidencial Benny Sanders observa que Trump pretende automatizar el transporte, y tal convicción podría explicar por mucho el cambio hacia la intolerancia al idioma español –aunque no hay una declaración como tal, sino que se escuda en el discurso de la presunta inseguridad–.
El 30 de octubre, la secretaria de Seguridad Interior, Kristi Noem, anunció que las básculas de inspección volverían nuevamente a Indiana para otra operación cerca de la frontera con Illinois como parte de la Operación Midway Blitz, con sede en Chicago. De ese tiempo a la fecha, sumaron a otros 146 camioneros fuera de servicio.
“Demasiados estadunidenses inocentes han muerto a manos de inmigrantes indocumentados que conducían camiones y tráileres”, aseguró Noem.
“Estamos devolviendo la seguridad a nuestras carreteras”.
De nuevo con Sanders, este lanzó una alerta en su informe La guerra de los oligarcas de las grandes tecnológicas contra los trabajadores:
“La IA podría reemplazar hasta 97 millones de empleos en diez años. Según un modelo basado en ChatGPT, el 89 por ciento de los empleados de comida rápida y de mostrador, el 64 por ciento de los contables y el 47 por ciento de los camioneros podrían perder sus empleos”.
Y detalló: “Las empresas de camiones autónomos se jactan de que su tecnología elimina el problema de los altos salarios de los conductores”.
Desde que se comenzó a legislar sobre el tema en Estados Unidos, 30 congresos estatales han legislado para permitir el uso de camiones autónomos –sin humanos– aunque en la mayoría de las entidades no se ha implementado.
Texas y Arizona ya prueban algunos vehículos y se prevé ampliar el estudio a finales de este año. En contraparte y hasta el momento, sólo Delaware tiene una iniciativa de ley para prohibir explícitamente este tipo de tecnología. En el resto de los estados de la Unión Americana se mantiene ese debate, como en California, donde ya se han hecho pruebas en algunas de sus ciudades.
El tiempo dirá si se cubre la demanda de transporte con personas o con máquinas y equipos dotados de lo necesario para transitar en carreteras.
MD