Internacional
  • Cien mil euros para matar: así habrían operado los “safaris” de millonarios para asesinar civiles en guerra de Sarajevo

  • Los investigadores que presentaron la denuncia aseguran tener pruebas sólidas que ya son analizadas por la fiscalía de Milán.
Los "crímenes atroces" ocurrieron en la década de los 90. | Especial

La fiscalía de Milán cuenta con elementos “muy serios” para realizar una investigación que pueda sacar a la luz la verdad sobre los llamados safaris humanos, en los que durante la guerra en Bosnia, en los años noventa, millonarios occidentales habrían pagado para poder viajar a Sarajevo y disparar como francotiradores contra civiles inermes, dicen a MILENIO el escritor y periodista Ezio Gavazzeni y el abogado Nicola Brigida, quienes presentaron la denuncia sobre el caso.

En entrevistas telefónicas separadas desde Milán, donde residen, ambos coinciden en que las pruebas presentadas son “consistentes”.

“La investigación está bajo secreto, el caso salió a la luz porque hubo una fuga de noticias que no fue buscada por mí, ni por quien colabora conmigo, pero he depositado las pruebas en la fiscalía. Digamos que hay buenos elementos, de otra manera la fiscalía de Milán habría archivado el caso”, dice Gavazzeni, quien realizó la investigación durante varios años y luego buscó el asesoramiento de Brigida y del también abogado Guido Salvini.

Los dos letrados se han dedicado a indagar casos complicados, como los de desaparecidos italianos durante las dictaduras en Chile y Argentina o el del terrorismo neofascista en Italia en los llamados “años de plomo” (en las décadas de los setenta y ochenta del siglo pasado).

Brigida reconoce que la indagación de la fiscalía de Milán es “complicada”, pero considera que “con determinación y voluntad” se puede arribar a la verdad a pesar de que han pasado ya 30 años de los hechos, pues por la gravedad de las imputaciones el caso no ha prescrito.

“No hay todavía personas indagadas pero hay elementos investigativos muy serios que deben ser desarrollados”, dice.

En su opinión, Gavazzeni hizo un trabajo de investigación profundo, fue a Bosnia Herzegovina, habló con testigos, reunió pruebas escritas y entonces “ha armado esta denuncia en la que pone en evidencia elementos serios que deben ser analizados escrupulosamente por la magistratura y verificados con indagaciones idóneas de la policía judicial”.

Esto sabemos del caso:

Insiste en que la denuncia no carece de fundamento, ha sido considerada seria y pone en evidencia indicios, sospechas y elementos que no son inconexos, sino que tienen “cierta consistencia”, deben ser verificados “adecuadamente” y desarrollados, con la identificación de posibles culpables.

Cien mil euros para matar

Según la denuncia de 17 páginas, durante la guerra de Bosnia y el sitio de de Sarajevo, que duró de 1992 a 1996, hubo millonarios de países occidentales que como deporte y pasatiempo pagaban para poder disparar —como los francotiradores serbobosnios— desde las colinas de la ciudad mártir contra transeúntes que debían pasar por esas zonas. Se calcula que unos 11 mil 500 civiles fueron asesinados de esa manera.

El caso fue sacado a la luz por el diario italiano La Repubblica, según el cual fue abierta una indagación por el presunto delito de homicidio voluntario con los agravantes de crueldad y motivos abyectos.

Gavazzeni dice a MILENIO que había oído hablar del tema desde los años noventa, aunque era considerado una “leyenda urbana” y una “invención fantasiosa”. Sin embargo, resalta que fue el documental “Sarajevo Safari” de 2022, realizado por el cineasta esloveno Miran Zupanic, el que le dio el impulso para indagar a fondo sobre la materia.

“Después de verlo comprendí que podía hacer algo, porque en el documental aparecen los testimonios de dos personas que confirman haber visto a estos francotiradores occidentales que disparaban contra los civiles. Me puse en contacto inmediatamente con el cineasta, que fue muy colaborativo, me dio las primeras informaciones a partir de las cuales investigué por mi propia cuenta. El documental de Zupanic fue la base de inicio”, señala.

Dice que la fiscalía milanesa, que está llena de trabajo y de indagaciones, considera que existen elementos para abrir una investigación, “lo que quiere decir que las pruebas son consistentes”.

Según Gavazzeni, en esos safaris participaban personas muy ricas, cada una de las cuales pagaba el equivalente a 100 mil euros actuales por viaje.

“No puedo decir la nacionalidad de los implicados, solamente que la fiscalía de Milán se ocupa de los italianos involucrados, pero en este tipo de ‘turismo’ participaba gente de todos los países occidentales”, subraya.
Confirma que como el caso está bajo secreto, tampoco puede hablar del número de personas implicadas, aunque “es muy poco” hablar de “decenas” de involucrados, pues los participantes en los safaris de la muerte “fueron muchos, muchos”, no solo de Italia, sino de diversos países occidentales.

Gavazzeni ha sido convocado para testificar ante el Raggrupamento Operativo Speciale (ROS), el equipo especial de crimen organizado del cuerpo de carabineros, que trabaja sobre el caso con los fiscales Marcello Viola y Alessandro Gobbis.

“Por ley, la investigación dura 6 meses a partir de que se abre el expediente. La apertura fue hecha a principios de octubre, entonces estamos hablando que la fase investigativa duraría hasta abril de 2026”, explica.

Dice que tras la clausura de las investigaciones y si se considera que existen elementos, se abriría un juicio, en el que al menos deben aparecer dos o tres acusados.

Italia estaba al tanto

Uno de los principales testigos del caso, un ex agente de los servicios secretos bosnios no identificado pero citado por medios italianos, dijo que desde 1993 informó a los servicios italianos de inteligencia, conocidos entonces como SISMI, de la existencia de los “safaris humanos”.

De acuerdo a su versión, el SISMI demoró en contestar entre dos y tres meses aunque confirmó haber suspendido esos safaris y que los participantes en los mismos salían en avión de la ciudad italiana de Trieste, fronteriza con Eslovenia, con dirección a Belgrado para desde ahí llegar por carretera o helicóptero a Sarajevo.

El testimonio anónimo dijo que no pudieron obtener de los servicios secretos italianos ni los nombres de los participantes en los “safaris”, ni los de los organizadores, aunque no descartó que existiera documentación confidencial con esa información en poder del Estado italiano.

El mismo ex agente bosnio dijo que los testigos de los hechos son presionados por los servicios de inteligencia serbios para mantener secreta las operaciones y que en el documental de Zupanic estaba prevista una entrevista con un piloto que transportaba a los “cazadores” de seres humanos, pero que renunció a participar porque fue amenazado de muerte.

Aparentemente en los safaris participaban empresarios, médicos, mercenarios y profesionistas apasionados de armas, del tiro al blanco y de la caza, algunos de los cuales habrían usado como cobertura operaciones humanitarias para llevar ayuda a la población civil de Sarajevo

Los bastardos de Sarajevo

El caso de los “safaris humanos” fue ya contado en forma de novela por el periodista y escritor italiano Luca Leone en su libro Los bastardos de Sarajevo, publicado en 2014.

En entrevista con MILENIO, Leone aclara que recreó en forma novelada las versiones que conoció de cientos de testimonios en los Balcanes desde los años noventa.

“La cosa es muy delicada, como periodista he seguido los Balcanes. Son más de 25 años que voy ahí y me he ocupado siempre de la guerra. Soy autor de dos libros sobre la matanza de Srebrenica y de otros horrores y crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra”, explica.

Sin embargo, aclara que no hizo nunca investigaciones precisas sobre los francotiradores, pero que en todos estos años ha hablado con cientos de testigos, muchos de los cuales le han confirmado la historia de los safaris humanos.

“No tengo documentos escritos pero después de haber hablado con testigos de cierta importancia, algunos de los cuales ya han muerto y con diversos personajes y habiendo pruebas y testimonios de crímenes horrendos ante la Corte Penal Internacional estoy convencido de que no eran versiones sin fundamento, sino que había un fondo de verdad, pero como periodista y no teniendo ninguna prueba escrita, preferí escribir una novela ambientada no durante la guerra, sino en nuestros días, pero con recuerdos de tiempos de la guerra”, explica.

Insiste en que escribió una novela basada en cientos de relatos coincidentes, verosímiles y por lo tanto potencialmente reales. “Hoy en base a esta investigación de la fiscalía de Milán descubrimos que las historias podrían ser reales y que estos criminales, estos delincuentes, esta inmundicia humana iban realmente a disparar en contra de civiles desde las colinas de Sarajevo”.

Leone dice que de haber tenido pruebas escritas sobre esos crímenes habría presentado desde hace tiempo una denuncia penal.

“El sitio de Sarajevo comenzó en abril de 1992 y concluyó después de la firma de los acuerdos de paz en marzo de 1996. La ciudad estaba destruida, el número de víctimas fue de más de 11 mil 500, diez por ciento menores. Como en el resto de Bosnia, fueron cometidas atrocidades de todo tipo y fundamentalmente todo esto representa todavía hoy un peso enorme, imposible de manejar para un país que nunca ha podido recomenzar, porque es imposible recomenzar si no se hace justicia”, resalta.

SNGZ

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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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