El presidente chino, Xi Jinping, visita este sábado la ciudad alemana de Duisburgo, unida a la china Chongqing por una de las líneas ferroviarias más largas del mundo, en una "nueva ruta de la seda". Con motivo de su primera visita a Alemania, Xi Jinping eligió visitar esta ciudad del noroeste del país, principal puerto interior del mundo y situada en la cuenca industrial del Ruhr.
A última hora de la tarde, el presidente chino acogerá un convoy de contenedores cargados de artículos electrónicos que partió hace 16 días de Chongqing, una ciudad de más de 30 millones de habitantes en el corazón de China. La línea que une estas dos ciudades pasando por Kazajistán, Rusia, Bielorrusia y Polonia, fue bautizada "Yuxinou" al ser creada en 2011 por varias compañías ferroviarias.
Con sus aproximadamente once mil kilómetros, la línea es más larga que el Transiberiano pero más corta que otra que pasa más al norte, entre Shanghai y Duisburgo. "Este enlace ferroviario, calificado en China de 'nueva ruta de la seda', no tiene sólo un valor simbólico", afirma a la AFP Julian Böcker, portavoz del puerto alemán. "Se hizo un sitio en el mercado gracias a su fiabilidad y a una frecuencia de hasta tres trayectos por semana", afirma.
El grupo informático estadunidense Hewlett Packard es uno de sus usuarios para transportar a Europa sus ordenadores fabricados en Chongqing, a 1,500 km de la costa y por lo tanto muy lejos de los grandes puertos comerciales. La vía marítima, que sustituyó hace siglos a la "ruta de la seda" entre Asia y Europa, todavía domina en más de un 95% el transporte de mercancías entre estas dos regiones, según Burkhard Lemper, experto del gabinete de logística ISL.
La parte de mercado para las líneas ferroviarias es ínfima. Pero Yuxinou constituye "un complemento de los medios de transporte de mercancías existentes", sostiene Maria Leenen, directora de la compañía de estudios de mercado SCI Verkehr. "El tren es dos veces más rápido que el transporte marítimo y dos veces más barato que el aéreo", destaca Erich Staake, jefe de la compañía pública que administra el puerto de Duisburgo.
Según la experta de SCI Verkehr, "las dos partes se benefician". "Europa puede así responder a una subida repentina de la demanda en la industria o el comercio, por ejemplo en el sector textil, y China llega mucho antes a sus mercados". Y la línea facilita el desarrollo de provincias chinas del interior del país.
"Este modo de transporte no hace más que comenzar, y puede tener un futuro boyante si se dan las condiciones, es decir la seguridad, el respeto de los plazos y una situación política estable", considera Leenen. Sobre todo teniendo en cuenta que varios grupos electrónicos, como el taiwanés Foxconn, abastecedor de Apple, o el fabricante de ordenadores Acer, constructores automovilísticos y empresas de maquinaria poseen fábricas en Chongqing.
El puerto de Duisburgo espera que la visita del presidente chino dé un nuevo impulso a la línea. "Estamos negociando con empresas, como constructores automovilísticos, para utilizar más este tren", explica Julian Böcker. "Algunos ni siquiera saben que existe esta alternativa", lamenta. Otro de los objetivos es equilibrar el tráfico para rentabilizarlo. "En este recorrido hay muchos más productos transportados hacia Europa que a la inversa, es un gran problema", considera Leenen. Por eso a veces los trenes llegan cargados a Duisburgo y se van vacíos a China.