La mano derecha de uno de los mayores narcos de la camorra napolitana y cuatro mexicanos con la boina de los Peaky Blinders querían establecer una franquicia del Cártel de Jalisco Nueva Generación (CJNG), y se servían, por ejemplo, de rituales santeros para que la cocaína llegara a España sin problemas.
Una sucursal que los agentes de la Policía española especializados en la lucha contra las drogas y el crimen organizado, junto con la Administración de Control de Drogas estadunidense (DEA, por sus siglas en inglés) y la Policía de Países Bajos, cerraron en una operación que se saldó con 20 detenidos, 15 de ellos ya están en prisión.
¿Qué se sabe sobre la célula española del CJNG?
Todos ellos con distintos papeles y nacionalidades —españoles, mexicanos, colombianos e italianos—, enlazados en una estructura perteneciente al CJNG, considerado una organización terrorista por Estados Unidos y que se dedicaba a introducir desde Latinoamérica, sobre todo desde Costa Rica, grandes cantidades de cocaína y metanfetaminas ocultas en maquinaria industrial de gran tonelaje.
Este importante golpe policial supone abortar el establecimiento en España de una organización criminal que estaba "explorando" las vías para introducir estupefaciente tanto en España como en Europa a través de los puertos de Oporto en Portugal y Rótterdam, Países Bajos, según revelaron los responsables este martes.
▶️ Desmantelan "oficina" del CJNG en España, fueron detenidas 20 personas que presuntamente se dedicaban a introducir cargamentos de sustancias ilegales desde Sudamérica
— Milenio (@Milenio) November 18, 2025
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Fardos de cocaína con un inédito doble logo
Pequeñas aprehensiones en Bilbao y Valencia hace más de un año condujeron a los agentes de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) hasta la organización que marcaba su mercancía con dos logos, algo inédito, ya que los fardos suelen llevar solo una pegatina para distinguir el origen de la droga.
A partir de estas incautaciones, los agentes llegaron a varias fincas de uso industrial en el centro de España, donde se coordinaba, almacenaba y custodiaba el estupefaciente.
Desde otros inmuebles situados en Talavera de la Reina, en el centro de Toledo, recepcionaban y enviaban la maquinaria industrial con el estupefaciente oculto a Italia, donde existían vínculos con la camorra napolitana.
De hecho, este septiembre se detectó un primer envío de cocaína a través de la mano derecha de Raffaele Imperiale, uno de los narcotraficantes más importantes afiliados a la Camorra y en la lista de los fugitivos más buscados hasta su arresto en 2021 en Dubái.
Operación Oyamel: desarticulan red internacional
Un empresario español, pieza clave de la nueva 'oficina'
Entre los 20 arrestados en España figuran este italiano y un colombiano, considerados dos objetivos de "valor" para la DEA, así como el hijo de este último y otro ciudadano colombiano enlace con los anteriores que realizaba rituales de santería.
En el momento de su detención, el colombiano 'santero' portaba un gorro que decía no se podía quitar hasta dentro de un año como superstición para no ser detenido y que los cargamentos llegaran sin incidencias.
No fue el único arrestado con complementos en la cabeza, según fuentes de la operación policial.
Mexicanos, los nuevos Peaky Blinders
Mientras que a los cuatro mexicanos detenidos, los emisarios del cártel y que podían permanecer en España solo unos tres o cuatro meses, también les gustaba lucir gorra, en este caso las icónicas boinas con visera de los personajes de Peaky Blinders, la serie de televisión sobre una pandilla de gánsteres de Birmingham a fines del siglo XIX.
Otra pieza clave en esta franquicia, según las fuentes, es el empresario español detenido, sin antecedentes, encargado de dar soporte logístico a esta "oficina" del cártel mexicano con varias sociedades mercantiles y de lavar el dinero de la droga con la compra de decenas de lingotes de plata y monedas que pueden alcanzar los dos mil euros el kilo.
Los investigadores consideran que la organización había reactivado su estructura operativa ante la llegada de un cargamento de droga, incorporando a los nuevos miembros mexicanos enviados expresamente por el cártel.
La policía requisó unos 70 kilos de plata, además de mil 870 kilos de cocaína, 375 kilos de anfetamina, 275 mil euros en efectivo, criptomonedas por valor de 15 mil dólares, tres armas cortas de fuego y 15 vehículos.
La operación ha sido dirigida por el Juzgado Central de Instrucción Número 2 de la Audiencia Nacional y por la Fiscalía Especial Antidroga.
MD