Desde hace tres meses, habitantes de la colonia Ferrocarilera enfrentan un problema que afecta tanto su salud como su movilidad, pues la constante mezcla de agua potable con drenaje, corre por varias calles del sector.

Un cruce convertido en zona de riesgo
La situación se origina en el cruce de la calle Chile con Baja California, donde las fugas generan extensos escurrimientos que alcanzan la intersección con la calle Dinamarca, actualmente cerrada por trabajos de pavimentación. Montículos de tierra y charcos de agua contaminada convierten el paso en una zona de riesgo para peatones y automovilistas.
Ante la imposibilidad de caminar por banquetas y vialidades anegadas, algunos vecinos improvisaron pasos con blocs y objetos reciclados para evitar el contacto con el agua, la cual ya presenta manchas verdosas por el estancamiento.
¿Cómo afecta a la salud y la economía este problema?
Beatriz Romero, residente del sector, señaló que el problema dificulta el traslado de quienes viven en la colonia y representa un riesgo sanitario por la constante exposición a líquidos insalubres.
El impacto económico también se hace evidente, ya que las ventas de Carmen Vargas, comerciante con un puesto de comida en la zona, se han desplomado debido a que los clientes evitan estacionarse por los malos olores y el lodazal que rodea el lugar.
Un llamado ante la problemática
Ante esta situación, los colonos hicieron un llamado urgente a la Comisión Municipal de Agua Potable y Alcantarillado (Comapa) Zona Sur para que atienda las fugas y resuelva el problema que, además de afectar su calidad de vida, deteriora la imagen de la colonia.
Las fugas de agua potable mezclada con drenaje en la colonia no solo generan incomodidades diarias, sino que traen consigo un conjunto de problemáticas de mayor alcance.
¿Qué riesgos trae la mezcla de agua potable con drenaje?
En primer lugar, la acumulación de líquidos contaminados favorece la proliferación de mosquitos y bacterias, lo que incrementa el riesgo de enfermedades gastrointestinales y respiratorias. A esto se suma la dificultad para transitar por la zona, lo cual afecta tanto a peatones como a conductores y puede derivar en accidentes.
Además, el estancamiento de aguas negras provoca un impacto ambiental al filtrar contaminantes en el subsuelo y, a la par, reduce la plusvalía de las viviendas al proyectar una imagen de abandono. En el aspecto social y económico, la situación limita el comercio local, disminuye la afluencia de visitantes y genera una percepción de descuido por parte de las autoridades, profundizando la inconformidad entre los vecinos.
AA