Tras el anuncio de General Motors sobre la reubicación de la producción de dos modelos de vehículos de México a Estados Unidos, así como una inversión de 4,000 millones de dólares en tres plantas estadounidenses, el alcalde de Ramos Arizpe, Tomás Gutiérrez Merino, afirmó que en la planta ubicada en este municipio no habrá cierre de líneas ni recortes, sino un proceso de transición hacia nuevas plataformas eléctricas.
De acuerdo con declaraciones ofrecidas por el edil, sostuvo recientemente una conversación con directivos de la armadora, quienes le informaron que la reconfiguración se centra en una transición tecnológica y no en una reducción operativa.
“No se cierra ninguna línea, no se cierra nada. Lo único que se está cambiando es una fase de una camioneta que era a gasolina y que ya no se va a ensamblar”, detalló.
Gutiérrez explicó que esta decisión responde a un cambio en la estrategia de producción de la empresa, orientada al fortalecimiento de su línea de vehículos eléctricos.
“Lo que estamos haciendo nada más es cambiar el sistema de ensamble a eléctrico. Ahora siguen más eléctricos, y los de gasolina se mandarán a Estados Unidos”, precisó, basándose en la información proporcionada por directivos de la planta.
El alcalde reconoció que no ha sostenido diálogo directo con la directora de la planta, pero sí con otros responsables de área, quienes aseguraron que el enfoque de la compañía se mantiene firme y no se prevén afectaciones a las operaciones locales.
“Hay muchos rumores, mucha incertidumbre por este tipo de aranceles, por lo que está pasando en Estados Unidos. Lo que están haciendo es cancelar unos productos que ya no van a tener en el mercado y están cambiando esas líneas por eléctricos”, puntualizó.
Por ahora, la administración municipal se mantiene atenta al proceso de transición tecnológica dentro de la planta, al tiempo que reafirma la continuidad de las operaciones en Ramos Arizpe como parte de la estrategia de manufactura de General Motors.
edaa