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Paramédicos de Tampico llegan a accidentes en camioneta de redilas o transporte público, ante falta de ambulancias

La crisis comenzó en 2020, con la pandemia. Con ella, se suspendió una de las principales fuentes de ingresos de la institución: la colecta de boteo en las calles.

En la Zona Metropolitana de Tampico, Madero y Altamira, en el sur de Tamaulipas, la Cruz Roja Mexicana enfrenta a nivel local una de las peores crisis de su historia. La falta de recursos la ha dejado este año sin una sola ambulancia, por lo que paramédicos han tenido que improvisar para atender accidentes, a los cuales ahora llegan como pueden: a bordo de una camioneta de redilas, en autos particulares, en transporte público o, de plano, de aventón.


Enrique Sierra, coordinador de Voluntarios zona sur de Tamaulipas en esta zona de la entidad, relata una escena que ayer mismo ocurrió:

“Llegamos para atender un choque en moto a la avenida Obregón y Rivas Guillén, llegando los paramédicos de la Cruz Roja Mexicana a bordo de una camioneta 350 (de redilas), equipada ante la falta de ambulancias”.

MILENIO pudo constatar lo ocurrido: un motociclista había sido aventado por un auto y yacía herido en el camellón central de la transitada avenida Álvaro Obregón, que de Poniente a Oriente conecta a Ciudad Madero con Playa Miramar.

La moto quedó recostada, creando un charco de aceite oscuro en el concreto. No hubo sirena, pero sí auxilio.

Paramédicos arribaron al punto del accidente en una camioneta de redilas
Paramédicos arribaron al punto del accidente en una camioneta de redilas.

Los primeros en llegar fueron tres paramédicos con chalecos rojos. Dos hombres y una mujer. Con mirada de acero, pero sin ambulancia.

Arribaron al punto del accidente en una camioneta de redilas, blanco, de placas tamaulipecas y caja seca, que ahora hacía las veces de unidad de emergencia. Quizá sin camilla, pero eso sí, con una plataforma retráctil de carga y descarga de la marca Dhollandia.

Tres paramédicos con chalecos rojos sin ambulancia.
Tres paramédicos con chalecos rojos sin ambulancia.

Convertida en metáfora rodante del abandono institucional, la pesada unidad fue estacionada al lado del camellón, a unos metros de donde se encontraba el herido. Por las prisas ni la puerta del conductor fue cerrada.

En tanto, el trío de rescatistas brindaba los primeros auxilios, jugándose el pellejo sin protocolos. Porque se quedaron sin ambulancias, no sin ganas de ayudar, en momentos en que un camión de carga se debe convertir en la última frontera entre la vida y la muerte.

Cinco años de terapia intensiva


El comandante Sierra describe que ésta no es una postal excepcional. Es la rutina de todos los días.

La crisis comenzó en 2020, con la pandemia. Con ella, relata el jefe de paramédicos voluntarios en la zona, se suspendió una de las principales fuentes de ingresos de la institución: la colecta de boteo en las calles.

Los recursos que se obtenían por esta vía eran fundamentales para cubrir el gasto corriente de la institución: combustible, gasas, alcohol, mantenimiento y, en general, los costos que representa brindar atención médica de emergencia en toda la zona conurbada que incluye a Tampico, Madero, Altamira y hasta el norte de Veracruz.

José María asegura que para ser voluntario de la Cruz Roja se necesita pasión por servir.
Los recursos que se obtenían por el boteo eran fundamentales para cubrir gastos de la institución.

En 2023, las cosas empeoraron. Solo operaban con 40% de la flota de ambulancias. El resto de las unidades estaban descompuestas.

En palabras de Eduardo Lacavex Palacio, entonces presidente del Consejo Directivo de la Cruz Roja en la zona sur de Tamaulipas, para ese año la institución ya arrastraba un pasivo de más de un millón 200 mil pesos en insumos y material, por lo que les daban fiado gasolina, refacciones y hasta equipamiento médico.

Pero la deuda crecía como crecen los accidentes: sin freno.

En 2024, la institución se sostenía con donaciones, rifas, actividades de las Damas Voluntarias, colectas privadas y solidaridad empresarial. Así, con las unidades que quedaban funcionales lograban más de 300 atenciones mensuales. La voluntad reemplazó a la infraestructura.

Sin embargo, para inicios de este 2025, las cosas cambiaron y dos ambulancias era todo lo que quedaba en pie. Pero en julio, ya ni eso.


En los últimos diez días todas las unidades han ido a parar a un taller mecánico. Y ahí seguirán, pues no hay dinero para comprar las refacciones.

Las unidades se encuentran en un taller de servicios públicos, ya que el ayuntamiento de Tampico se comprometió a otorgar la mano de obra, pero el voluntariado tiene que comprar las piezas y no han tenido presupuesto para adquirirlas.

Las emergencias no se detienen, pero las ambulancias sí.

Y la situación se ha agravado, relatan quienes encabezan los grupos de rescatistas voluntarios y de bomberos en el sur del estado, pues recientemente se han disparado las atenciones por incendios, choques, volcaduras y riñas con heridos.

En Playa Miramar, en Ciudad Madero, donde no hay transporte público y las zonas están alejadas, los paramédicos -con sus mochilas y equipo de primeros auxilios a cuestas- han llegado inclusive "pidiendo raite", es decir, aventón.

Familias al rescate


El comandante Enrique Sierra, coordinador de Voluntarios zona sur de Tamaulipas, declara que la falta de unidades en la institución ha propiciado que las familias de personas que requieren ayuda tengan que conseguir dinero para contratar una ambulancia particular.

En tanto Salvatore Vargas, coordinador de Bomberos Voluntarios de Tamaulipas, enfatiza que los accidentes no se detienen y cada vez es mayor la carga de trabajo que tienen por la crisis que atraviesa la Cruz Roja.

Personal de la institución reconoce que sus ambulancias están en un taller, pero el Consejo Directivo de la Cruz Roja delegación Sur de Tamaulipas no se ha pronunciado al respecto.

MILENIO intentó obtener una postura de la institución, pero no logró tener comunicación para explicar lo que ocurre.

Obligación municipal


De acuerdo con sus estatutos, los Ayuntamientos tienen la obligación de contar con al menos una ambulancia con el fin de hacerse cargo de los servicios médicos de emergencia, tal y como se hace en otros países. Sin embargo, en esta zona de Tamaulipas siempre han dependido de las unidades de la Cruz Roja.

Para ello, los municipios entregan un donativo simbólico al arrancar la colecta nacional, pero no hay un compromiso serio. Ni para pagar gasolina ni para cubrir el mantenimiento mensual de las unidades.


Sierra, quien también se desempeñó por muchos años como rescatista en la Cruz Roja, explicó que en Estados Unidos son los cuerpos de bomberos quienes cuentan con paramédicos y tienen ambulancias para atender los accidentes, pero eso no ocurre en Tamaulipas ni otros estados de México.

Lo que sí ocurre es que hay gente que no se rinde, que responde a las emergencias aunque no tenga cómo moverse. Que se sube a una camioneta de carga para que alguien más tenga otra oportunidad.

Un hombre herido sobre el pavimento, un casco tirado, una moto volcada. Un grupo de paramédicos haciendo lo que pueden con lo que tienen. Lo extraordinario, en Tampico, se están volviendo costumbre.


JETL

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Pablo Reyes
  • Pablo Reyes
  • Periodista con experiencia en cobertura política, social y nota roja. Colabora en secciones de local, regional, estatal y nacional en televisión, radio, impreso y web.
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