La construcción del Pabellón Amarillo en la Universidad de Monterrey (UDEM) representa un reto por las dimensiones, la condiciones del terreno y por situarse a unos cuantos metros del Centro “Roberto Garza Sada”.
Al proyecto se unió la oficina de la arquitecta mexicana Tatiana Bilbao a mediados del año pasado, trabajando en el rediseño del proyecto para el inmueble que será el acceso principal para la universidad a partir de 2019.
Luis Castillo Garza, director de construcción en la UDEM, señaló que la construcción es todo un reto. Se trata de una obra de cien mil metros cuadrados donde en cuatro pisos dará espacio a mil 750 autos.
El espacio destinado a los vehículos será semi subterráneo para llegar a una gran plaza a nivel para llegar al nivel del terreno. Áreas verdes, plazas y zonas de esparcimiento complementan al Pabellón Amarillo.
“Se trata de un proyecto muy importante para la universidad, desde 2016 entró su oficina a trabajar. Ella (Tatiana Bilbao) revisó el proyecto, los alcances de lo que nosotros buscábamos y de inmediato inició el trabajo”, menciona Luis Castillo Garza.
Espacio diferente
La presentación inicial del Pabellón Amarillo se dio en 2015, cuando se anunció que el arquitecto Bernardo Hinojosa y el despacho de arquitectos Garza Camisay realizaran el proyecto.
Y fue a mediados del 2016 cuando la universidad anunció que la arquitecta Bilbao haría un rediseño y tomaría las riendas del proyecto.
Actualmente la obra civil cuenta con un avance del 50 por ciento, donde ya se ha culminado la cimentación y están en construcción las columnas y losas. Todo esto con el reto de construir en un desnivel natural del terreno.
“Este terreno tiene un importante desnivel que se está aprovechando para construir los cuatro niveles de estacionamiento”, agregó el director de construcción en la UDEM.
Se mencionó que todos los trabajos se realizan cumpliendo las normas para lograr la certificación LEED (Leadership in Energy and Environmental Design, por sus siglas en inglés).
Un lugar para “Akra”
Una parte importante es buscar un espacio donde sea instalada la escultura monumental Akra, del artista mexicano Manuel Felguérez, y que la universidad rescató en 2008 de los terrenos ubicados en Bulevar Díaz Ordaz.
“Se está haciendo un análisis para determinar en dónde va quedar la escultura. La universidad ya tiene la escultura en observación para hacer la restauración pertinente”, apuntó.
La escultura Akra se mandó hacer en 1978 por parte de la empresa de mismo nombre. Su construcción demandó el apoyo de trabajadores del negocio y cuenta con una altura de 23 metros y un peso mayor a las 35 toneladas.