El equipo de científicos coordinado por Saúl Santana Espinoza, jefe del Campo Experimental de La Laguna del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), trabaja en un proyecto relacionado con el mejoramiento genético de las abejas, enfocándose en características cualitativas que permitan potencializar la producción apícola de la Comarca Lagunera.
Los investigadores, con el proyecto titulado “Programa de Mejoramiento Genético de Apis mellifera como Estrategia para Impulsar la Competitividad Apícola en Comunidades Rurales Marginadas de los Ecosistemas Áridos en el Estado de Coahuila”, obtuvieron un financiamiento de 150 mil pesos a través del Fondo Destinado a Promover el Desarrollo de la Ciencia y la Tecnología en el Estado de Coahuila (FONCYT), fideicomiso de recursos concurrentes conformado por el Gobierno del Estado de Coahuila de Zaragoza y el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (COECYT).
El equipo, conformado por especialistas e investigadores del Campo Experimental La Laguna del INIFAP, así como de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad Juárez del Estado de Durango, campus Gómez Palacio, y de la Universidad Politécnica de la Región Laguna (UPRL) de San Pedro, Coahuila, contó a MILENIO detalles de su investigación.
El inicio del proyecto se remonta a 2018, cuando el INIFAP, en coordinación con la Facultad de Ciencias Biológicas, se dio a la tarea de realizar un diagnóstico del cual se desprendieron varias líneas de investigación, particularmente la de mejoramiento genético, con la finalidad de atender una de las principales problemáticas que enfrentan los apicultores locales, expresó Saúl Santana.
Entre 2016 y 2017, la Comarca Lagunera experimentó una crisis apícola debido a la desaparición de hasta el 80% de la población de abejas en las colmenas, afectando gravemente la producción de miel. El problema se atribuye a causas multifactoriales, entre ellas la sequía, la falta de floración por el cambio climático y la aplicación de agroquímicos, especialmente pesticidas. Este último factor ha sido uno de los más señalados.
Como se recordará, en 2015 se registró una de las sequías más graves en la región, lo que ocasionó la presencia de la plaga conocida como pulgón amarillo en el sorgo, afectando miles de hectáreas sembradas.
A través de la investigación para el mejoramiento genético de la abeja se busca fortalecer cualidades como el comportamiento y la producción, principalmente de miel.
La maestra en Ciencias Karen Fraire Galindo, colaboradora en investigación en el INIFAP-Campo Experimental La Laguna y en la Facultad de Ciencias Biológicas de la UJED, campus Gómez Palacio, explica con más detalle estos objetivos.
El proyecto consiste en generar un ecotipo de abeja propio de la región de Coahuila; es decir, una población genéticamente diferenciada dentro de una misma especie, adaptada a un hábitat específico.
Tanto Fraire Galindo como Santana Espinoza coinciden en que, una vez que se obtengan estas abejas reinas, se proporcionarán a los apicultores de La Laguna de Coahuila. Aunque inicialmente la investigación está enfocada en este estado, se pretende que sea la punta de lanza para proyectarse a otros estados y zonas productoras, y que sea referente en beneficio de la región.
“La idea es proporcionarlas a los apicultores, o sea, que no se queden nada más en el rango de investigación, sino que rompa la barrera y sea una transferencia de tecnología para los apicultores”, expresó la investigadora.
“Algunos apicultores lo que hacen es traer la abeja reina de otros lugares, por ejemplo de Cuernavaca, pero pues nada que ver el clima de Cuernavaca con el que tenemos acá”.
Fraire Galindo agregó que después del diagnóstico se desarrolló el anteproyecto, posteriormente se sometió a evaluación para concursar con instituciones de investigación en Coahuila, y fue así como obtuvieron el financiamiento.
“Este proyecto está orientado en destacar cualidades de las abejas que ya se tienen en la región, con la finalidad de obtener un ecotipo propio del estado de Coahuila o de las zonas áridas”.
Este programa se considera pionero en la zona norte del país porque no existen antecedentes de un trabajo similar, y una vez que concluya podría utilizarse como ejercicio piloto para replicarse en otras zonas áridas del país, como la Comarca Lagunera de Durango.
Cambio climático y agroquímicos, entre los principales retos para la apicultura
Jorge Alonso Maldonado Jáquez, investigador del Campo Experimental La Laguna del INIFAP, también forma parte del proyecto. Su tarea principal es integrar un equipo multidisciplinario con expertos en mejoramiento genético, alimentación, sanidad, organización y comercialización, con el fin de organizar al sector y encontrar soluciones a los problemas actuales.
Destaca que uno de los principales retos es el cambio climático: sequías, lluvias cada vez más escasas y, además, el uso de agroquímicos en la agricultura.
“Tratar de mejorar la parte productiva de los animales de la apicultura es llevar a cabo un programa de conservación y rescate. Esa parte es importante. Yo me incorporé al equipo hace apenas un par de años, pero me interesa por la cuestión de conservación y rescate”, expresó.
“Tiene que ver con cómo se organizan los productores para tener insumos, comercializar y hacer llegar su producto a otros nichos de mercado que no han estado bien definidos. Creo que la organización entre productores es la principal limitante”.
Aunque la desaparición de abejas es un fenómeno multifactorial, para el investigador el uso de agroquímicos en la agricultura intensiva es un factor altamente perjudicial, no solo para las abejas domesticadas sino también para las silvestres. El cambio climático también agrava el problema, pues cada vez se observan incrementos históricos en la temperatura.
Estudian los efectos de la temperatura sobre el comportamiento de las abejas en las colmenas
Entre los estudios más recientes relacionados con el proyecto se incluye el análisis del efecto de la temperatura en el comportamiento de las abejas dentro de la colmena, la relación entre la reproducción y el tamaño de las celdas reales, así como la calidad de los productos obtenidos —cera, miel, propóleo, jalea real, entre otros—.
“Esos son los primeros estudios que hemos estado realizando. Parte del trabajo consiste en un equipo multidisciplinario: genetistas, analistas socioeconómicos, biólogos. La idea es vincularnos mejor entre instituciones y aterrizarlo en proyectos y actividades, sobre todo en experimentos que atiendan la problemática del sector apícola”.
cale