Desde Enrique Bunbury, quien le entregó el premio a Persona del Año, hasta Willy Chirinos, quien lo hizo bailar al ritmo de Escándalo y David Bisbal, con quien brindó mientras interpretaba Como yo te amo; el homenaje que le ofreció la Academia Latina de la Grabación, provocaron en Raphael un cúmulo de emociones quien, al final de la velada, subió al escenario para demostrar su maestría al interpretar Qué sabe nadie.
Por espacio de tres horas, El Divo de Linares emitió la diversidad de muecas que le han dado identidad a su arte interpretativo, ante el cariño, amor y respeto que le tributaron los artistas que formaron parte de su homenaje, como Myriam Hernández, Kany García y Rozalén.
Desde la mesa principal, que compartió con su familia: su esposa, Natalia y sus hijos, Raphael no perdió detalle de cada palabra, cada gesto, pero sobre todo, cada una de las interpretaciones de sus éxitos, que cada artista adoptó para materializar la admiración que le tienen.
En la gran noche de Raphael, gracias a la tecnología, también se hicieron presentes, Julio Iglesias, quien confesó: "cuando empecé a cantar, yo quería ser Raphael"; mientras que José Luis Rodríguez, El Puma destacó las cualidades del intérprete "Raphael era un volcán, yo quedé como manejaba las cámaras y de la Raphaelitis que había por toda América".
Miguel Ríos recordó el momento en que 'El Divo' firmó su contrato con la disquera Philips, empresa en la que alguno de los testimonios el propio Raphael compartió que debe su nombre "la Ph de Raphael".
¿Quiénes cantaron en el homenaje a Raphael en los Latin Grammy?
El sentimiento fue en ascenso a lo largo de la velada, en la que Raphael acompañó discretamente con la mano el arreglo musical que cada artista dio a sus éxitos. Lo hizo cuando Café Quijano y Gaby Moreno ofrecieron su interpretación a ¿Qué tal te va sin mí?, al igual que cuando Kiki Morente y Ángeles Toledano ofrecieron su versión a Digan lo que digan y cuando Iván Cornejo y Jesse & Joy cantaron Cierro mis ojos.
Los compositores, básicos en la carrera del cantante, también se hicieron presentes con sus frases o algún testimonio que se proyectó en la sala y que de igual forma "provocó" el corazón de Raphael, quien por momentos lucía ausente, como reviviendo los encuentros con los creadores musicales que dieron vida a las historias que magistralmente ha interpretado.
Manuel Alejandrdo expresó a través de la pantalla "a Raphael le escribí como 100 canciones", mientras que Rozalén confesó "el compromiso que representó hacerle una canción", y Enrique Bunbury destacó su admiración "porque la riqueza de Raphael radica en que su cancionero ha evolucionado".
Los aplausos y los coros entre cada interpretación, así como las frases de admiración, respeto y cariño de cada artista que participó en el homenaje se sumaron en la escena que culminó cuando el pequeño --que inició cantando en el coro de una iglesia, a recomendación de su hermano; y después con su arte sensibilizó a miles de personas que no entendían su idioma, pero sí su capacidad de transmitir emociones en Rusia, Líbano, Turquía, entre muchos países más; y en diciembre del año pasado superó un linfoma cerebral-- subió al escenario y se apoderó de él.
Primero agradeció el reconocimiento: "Mis canciones, mi arte, si lo tengo, gracias por estos años maravillosos a mi familia, a mis padres, a mis amigos, a mi público, porque todo es mío!", expresó con su particular estilo provocativo.
Y añadió: "Han hecho de mí la persona más feliz del mundo durante tanto tiempo", pero lo mejor llegó cuando los acordes de Qué sabe nadie se espacieron por el amplio salón del hotel Mandalay Bay, donde 1000 personas atendían cada detalle de sus acciones; y el artista con más de 6 décadas en la música dejó abajo al hombre de 82 años que ha superado varias enfermedades, para demostrar con su maestría y dominio del escenario por qué fue reconocido como Persona del Año.
jk