Con una entrada ordenada y un Auditorio Telmex lleno, Caifanes ofreció un espectáculo inolvidable en Guadalajara ante varias generaciones de seguidores. Desde el inicio, el ambiente estaba cargado de expectativa y emoción. El grupo abrió con Hasta morir, una canción que funcionó como introducción perfecta para calentar motores y conectar con un público fiel que no dejaba de corear.
El arranque pausado fue subiendo de intensidad hasta lograr que, en apenas tres canciones, la audiencia se levantara de sus asientos y se entregara por completo. Entregando un precioso cariño y respeto mutuo que tiene la banda con su público y viceversa.

Unos Caifanes libres de disqueras encienden al público
El primer gran estallido ocurrió con Para que no digas que no pienso en ti, coreada con fuerza por miles de gargantas. En ese momento, Saúl Hernández se tomó un respiro para agradecer al público por mantener vivo el espíritu de Caifanes, recordando que hoy en día la banda sigue lanzando música de manera independiente, sin el respaldo de disqueras.
La complicidad entre músicos y público se hizo evidente: los asistentes no solo cantaban, sino que parecían formar parte del espectáculo, como una gran voz colectiva que acompañaba cada letra.
Es importante señalar que, este “divorcio” entre disqueras y la banda, fue a causa de que hace unos años tuvieron varios problemas con las discográficas a consecuencia de malos manejos económicos y falta de transparencia en el control de sus ganancias, lo cual fue una de las causas de su separación en 1995.
Mensaje a la juventud y temas con historia
Uno de los momentos más emotivos de la noche ocurrió cuando Saúl Hernández se dirigió a la juventud presente. Con voz firme pero cargada de cariño, invitó a los asistentes a alejarse de las drogas y del suicidio:
“Aléjense de ese desmadre, valen un chingo. Ustedes son el futuro y van a darle con todo a las pendejadas que hemos hecho (las generaciones anteriores)”, expresó el vocalista.
Tras ese mensaje, llegó Ayer me dijo un ave, un tema cargado de nostalgia y simbolismo. Poco después, tocaron Y caíste y seguir con Antes de que nos olviden, una de las canciones más emblemáticas de la banda, que hizo vibrar el recinto.
Éxitos coreados a todo pulmón
El clímax comenzó a formarse con la interpretación de Mátenme porque me muero, pieza que marcó la primera etapa del grupo. Más tarde, los asistentes estallaron nuevamente con Los dioses ocultos, reconocida por su característico verso “parecemos nuez, parecemos presos…”.
Uno de los momentos más especiales fue la dedicatoria de Viento al público de Guadalajara, ciudad donde nació el primer club de fans oficial de Caifanes. La conexión fue inmediata: la gente cantó de principio a fin, convirtiendo la canción en un coro masivo.
El talento instrumental también tuvo un papel protagónico, sobre todo con el saxofonista y pianista Diego Herrera, quien regaló un recital inolvidable que arrancó aplausos y ovaciones en diferentes momentos de la noche.
Intensidad y emociones compartidas
La intensidad no bajó en ningún momento. El grupo sorprendió con Nos vamos juntos (conocida por algunos como “nos come el diablo”), manteniendo la energía encendida. Poco después llegó el turno de Afuera, uno de los himnos más esperados de la noche, que provocó una oleada de voces cantando con todo.
En la recta final, la banda regresó al escenario tras los gritos de “¡Caifanes, Caifanes!”. Interpretaron Aquí no es así, seguida de un homenaje especial con Pachuco, tema de Maldita Vecindad que arrancó la euforia de los presentes.
El homenaje continuó con un guiño a Juan Gabriel al interpretar Te lo pido por favor, seguido por Quisiera ser alcohol, que incluyó la emotiva frase “hay veces que duermo con una foto tuya”. La fiesta alcanzó su máximo esplendor con La negra Tomasa, que transformó el Auditorio Telmex en una pista de baile improvisada.
Se despiden a su manera, ¡Hasta pronto!
Antes de concluir, Caifanes reafirmó su compromiso con la música independiente, invitando a las nuevas bandas a tocar en todos lados, olvidarse de las disqueras y defender la cultura. Fue un cierre con mensaje claro: la música vive más allá de las estructuras comerciales.
El broche final fue acompañado por los acordes de Imagine de John Lennon, que sonó de fondo mientras la banda se despedía entre ternura, cariño y un ambiente cargado de nostalgia.
La velada memorable del Auditorio Telmex, dejó a todos con la certeza de que la historia de Caifanes sigue escribiéndose. Y no habrá que esperar mucho: la agrupación volverá a presentarse el próximo 10 de octubre en el marco del 60 aniversario de las Fiestas de Octubre.
OV