Morris Gilbert soñaba con estar en un escenario cuando era joven, aunque quizá nunca imaginó que terminaría convirtiéndose en uno de los productores teatrales más prolíficos de México.
Con un repertorio que abarca desde dramas intimistas hasta grandes musicales y más de 20 millones de espectadores que han visto sus producciones, su trayectoria será reconocida en un homenaje que le rendirá la ACPT (Asociación de Críticos y Periodistas Teatrales) el próximo 8 de octubre durante su entrega anual de premios a lo mejor del teatro en México.
Pero el camino de Morris no solo ha derivado en la creación de decenas de empleos y más de 160 montajes internacionales; también en algo imposible de cuantificar, pero igual de trascendente: sembrar la semilla del amor por el teatro, una pasión que hoy sigue dando frutos.


De actor a productor: los inicios de Gilbert en el teatro mexicano
La carrera de Morris comenzó en los años setenta como actor, bajo la tutela de José Luis Ibáñez. Pronto dio el salto a la producción con títulos como Un proyecto para vivir (1975) y Los hijos de Kennedy (1976), al lado de figuras como Susana Alexander y Héctor Bonilla.
Con cada nuevo proyecto fue consolidando su voz como productor, hasta que en 1989 llegó Qué plantón, un montaje que marcaría un hito en el teatro mexicano y que abrió el camino para alcanzar, años más tarde, el sueño de traer El Fantasma de la Ópera a México.
“Qué plantón es una gran historia. Yo siempre me propuse profesionalizar al medio — porque estaba muy poco profesionalizado—, y con Qué plantón fue la primera vez que lo pude lograr. Tuve un gran socio: Juan Canedo, a quien recuerdo con muchísimo cariño. Juan tenía mucho dinero y puso ese dinero al servicio de la producción. Él puso la mitad, yo puse la otra mitad, y logramos hacer lo que en ese momento era una producción revolucionaria para el teatro en México. Fue una propuesta de nivel profesional, con el talento indudable de Memo Méndez y canciones icónicas. Fue fantástico hacer Qué plantón”, rememora Morris en entrevista.
Aunque para ese entonces ya había producido más de una decena de obras como A puerta cerrada, Claudia y Magnolias de acero, Qué plantón representó su primer musical. Esta apuesta le permitiría enfrentarse a lo desconocido y elevar la vara a un nivel que, de acuerdo con él, no se había visto en el país.
“Yo soñaba con hacer musicales, y con esa obra logré consolidar muchos sueños y aprender, ciertamente, porque había muchas cosas que no conocía y que fui aprendiendo en la práctica en esa apuesta de Qué plantón en el Teatro San Rafael, que en ese entonces era verdaderamente un templo. Pisarlo ya era llegar a la cumbre. Lograr que Los Fábregas nos rentaran el teatro fue increíble, porque no creyeron en la obra hasta el día que les hice un taller y se las mostré. Ahí nos abrieron las puertas”, recuerda.
El Fantasma de la Ópera: un sueño hecho realidad en México
Al inicio de su historia en el teatro, un proyecto que sin duda dejó huella en Morris fue El Fantasma de la Ópera, producción que lo cautivó desde aquel primer encuentro.
“Cuando vi El Fantasma por primera vez, quedé absolutamente azorado y pensé: ‘¿Se podrá hacer esto alguna vez en México?’. Y después me reí de mí mismo diciéndome: ‘Jamás, esto ni soñando lograremos hacerlo. Esa fue mi primera impresión; por el tamaño, porque era una producción multimillonaria, de un tamaño verdaderamente faraónico; no lo veía posible. Yo soñaba con hacer esos grandes musicales; lo soñaba y lo soñaba, pero no encontraba otros locos como yo que se quisieran aventar para hacerlo”, cuenta.
No obstante, la oportunidad llegaría algunos años después, en 1999, cuando, de la mano de Ocesa, pudo hacer este proyecto realidad: “Cuando uno es joven —bueno, creo que en cualquier edad—, eres muy inconsciente. Yo no me daba cuenta cabalmente de lo que estaba haciendo, de lo grande y lo importante que era, porque estaba muy ocupado haciéndolo".
"Entonces no tenía tiempo de reflexionarlo, solo de hacerlo. Íbamos muy rápido, porque hicimos Rent (1999), y a los seis meses estábamos haciendo El fantasma (1999), y luego estábamos haciendo El Hombre de La Mancha (2000) y luego Chicago (2001). Yo no alcanzaba realmente a darme cuenta de lo enorme de lo que estábamos logrando. Ahora que volteo para atrás digo: “¡Wow, wow!”.
Ahora, más de un cuarto de siglo después, el productor volverá a traer El fantasma de la ópera a México, de la mano de Claudio Carrera, Ocesa y Letsgo Company (en asociación con Alfonso J. González y María Elena Galindo).
“Es una joya del teatro musical que todo el mundo debería ver. Nadie debería de tener ese agujero en su cultura, porque es algo que hay que ver, que disfrutar. Y mira, lo han visto 160 millones de personas en el mundo, eso lo dice todo. Es una obra que hay que ver necesariamente”, enfatiza sobre el musical que estrenará el 6 de noviembre.

Reinvención y nuevas producciones para el público actual
Si bien Morris conoce bien aquella producción original que se estrenó por primera vez en Londres en 1986 con música de Andrew Lloyd Webber y letras de Charles Hart, El fantasma de la ópera llegará ahora al Teatro de los Insurgentes con una propuesta muy distinta.
“Era una producción de millones de dólares, eso costaba aquella versión de El fantasma. La amo, la recuerdo con no te puedes imaginar con qué cariño y con qué emoción. Pero fue en su época, y como todo en esta vida, tiene su momento. Hoy, 25 años después, el lenguaje es otro, la forma de comunicarnos es otra. Andrew Lloyd Webber es muy inteligente al permitir que sus obras sean reinterpretadas. Esta es una producción mucho más modesta; y está bien, El Fantasma no necesita todo ese aparato, se puede contar de una forma mucho más sencilla y sigue siendo la misma historia”, considera.
El teatro evoluciona, la fuerza de la reinvención
Creativos como Cameron Mackintosh han permitido otras miradas a Los Miserables; lo mismo Lloyd Webber con montajes emblemáticos como Sunset Boulevard y Evita bajo la visión de Jamie Lloyd; lo que, para Morris, mantiene vivas estas historias.
“Mira, yo soy fan de la Evita de Patti LuPone y de aquella Evita original, soy súper fan. Y esta nueva versión me encantó. Qué padre que se puedan hacer nuevas versiones, y luego nuevas versiones, para que la obra no se convierta en una pieza de museo”, expresa.
Al cuestionarlo sobre si imagina que algo así pueda hacerse en México, el productor no lo descarta: “Por supuesto, sería fantástico. Mira, yo tengo muchas ambiciones y muchos sueños, pero espero que me dé la vida".
"El tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos -como dice la canción-. Eso es inevitable. Yo hasta que el cuerpo aguante. Pero también soy realista, honestamente, sé que voy a trabajar unos años más, no sé cuántos, pero lo justo”, adelanta.
Finalmente, mirando hacia atrás a una trayectoria en la que caben tanto éxitos, como fracasos, e incontables satisfacciones, Morris espera haber podido dejar algo tanto en sus equipos como en el público.
“Creo que cuando haces teatro trasciendes en las personas. Cuando veo que una obra gusta y al final recibe el aplauso de un público emocionado y contento, yo ya la hice. Eso es lo que quiero: porque cuando ves una buena obra de teatro, se te queda para siempre, en la mente y en el corazón. Y eso, para mí, eso es trascender”, concluye.
Numeralia
Morris Gilbert en cifras:
- 1975 – Estrenó su primera producción teatral con Un proyecto para vivir.
- 1989 – Produjo su primer musical, Qué plantón, que marcó un hito en la cartelera mexicana.
- 1999 – De la mano de OCESA, trajo a México Rent y El Fantasma de la Ópera, cambiando para siempre la escena teatral nacional.
- Más de 160 – Puestas en escena producidas entre obras y musicales, tanto en México como en el extranjero.
- Más de 20 millones – Espectadores han asistido a sus montajes a lo largo de 50 años de trayectoria.
- 60+ – Obras no musicales, incluyendo clásicos como A puerta cerrada, Magnolias de acero, Toc Toc y Los monólogos de la vagina.
- 2013 – Inauguró junto con OCESA el Teatro Telcel con Wicked, consolidando un espacio de gran formato en la Ciudad de México.
- Casi 50 Musicales en su haber, desde Los Miserables y Chicago hasta Aladdin, Mary Poppins, Wicked, y Anastasia.
- 2025 – A sus 50 años de carrera, actualmente celebra el regreso de El Rey León y prepara una nueva temporada de El Fantasma de la Ópera.