Hoy llegó a las salas de cine la película Teléfono negro 2, secuela de una de las cintas de terror más exitosas de los últimos tiempos, producida por Blumhouse y con Scott Derrickson nuevamente en la silla del director, para demostrar que la tragedia de los sobrevivientes de la primera entrega no ha terminado.
A los protagonistas se suma en esta ocasión el actor Demián Bichir en el personaje de Mando, un buen hombre que los ayudará, al mismo tiempo que cumplirá con una misión personal. En su visita a CdMx el actor habló con MILENIO de la cinta y de este personaje, considerado un nuevo clásico del terror.
El moderno Freddy Krueger
The Grabber o El Raptor, interpretado por Ethan Hawke, murió en la primera entrega. Sin embargo, ahora las víctimas no son las únicas almas que pueden comunicarse desde el más allá a través del teléfono y, por si fuera poco, el temido asesino también hará acto de presencia a través de los sueños.
La habilidad del asesino de manipular la realidad a través de las pesadillas, sumado a la estética lúgubre y granulada lograda en el filme, hace inevitable la comparación con el mítico Freddy Krueger, ícono del terror de los 80, década en que también transcurre esta entrega.

Su creador, Wes Craven, siempre sostuvo que no vemos películas de terror para asustarnos, sino para ver nuestros miedos siendo enfrentados: “Las películas de terror no crean un miedo, sino que lo liberan”, afirmaba.
Demián Bichir coincidió con la idea del difunto director, pues —afirma— los protagonistas deberán enfrentar los miedos que van más allá del asesino. También confirmó las similitudes que hay en la nueva película.
“Sin ninguna duda están esos guiños u homenajes a ese cine, sobre todo en cómo se representan los sueños que tiene Gwen, el personaje de Madeleine McGraw”, admitió Bichir.
El productor, Jason Blum, y el director, Scott Derrickson, buscan consolidar a The Grabber como un ícono moderno del subgénero de terror slasher, algo ya conseguido por Art the Clown de la saga Terrifer.
Además de tener claras influencias de la década apogeo de las películas del asesino, Bichir encuentra en Teléfono Negro 2 más cintas de otras décadas o subgéneros en las que el filme se ve inspirado.
“Tiene mucho que ver con eso, pero a mí me remite, incluso, a El exorcista (1973) o Los otros (2001), aunque hay otras influencias también”, afirmó.

Nieve y el terror
Con amplia experiencia en películas de terror y fantasía como Alien. Covenant (2017), La monja (2018) y La Maldición renace (2020), Demián busca en estos proyectos la misma calidad que en otros géneros cinematográficos.
“Busco lo mismo que he buscado desde siempre: historias sólidas y personajes memorables, en la medida de lo posible, lejos de cosas que haya hecho antes. Y, si tienen esta tridimensionalidad que tiene Mando en Teléfono negro 2, ya es una enorme ventaja, una fortuna extra; es lo que busco y lo encontré aquí”, aseguró.
También describió a su personaje como “un hombre íntegro, generoso, con un espíritu inquebrantable y dispuesto a ayudar a los demás con todo lo que tiene, en este caso, a los chicos”. Además, dijo que le parece maravilloso que hayan creado al personaje como mexicano desde un inicio y, especialmente, que se lo hayan confiado a él.
“Siempre agradezco mucho que alguien ponga un personaje así en mis manos”, expresó, mientras relataba cómo, desde que leyó el guion, le pareció atractiva la naturaleza amable de su personaje, quien tiene un pasado en la cárcel y ahora busca guiar a las nuevas generaciones por el lado correcto.
“Fue vital solidificar su pasado y justificar el por qué es quien es, eso es fundamental. Generalmente hacemos un trabajo previo de exploración para tratar de entender quién es el personaje, qué quiere y demás. Siempre creo una historia que la gente no verá o quizá no será tan importante para la trama, pero es importante para mi. Lo crucial de esa historia es que empató de inmediato con lo que Scott Derrickson pensaba también del personaje, siendo él co guionista”, relató.
Mando también es el primer adulto que les cree a los jóvenes protagonistas y busca comandar la expedición o misión que él mismo se ha puesto como algo personal: encontrar los cuerpos de las primeras víctimas del asesino, para que este pierda su poder y los niños descansen en paz.
“Solo alguien que ha librado sus propias batallas, con sus propios demonios, tiene la autoridad para poder hablarle a los chavos sobre los suyos”, sintetizó.
El escenario donde se desarrolla la historia de esta segunda entrega es la nieve, particularmente un campamento de invierno en Alpine Lake, lugar que opera el personaje de Demián, quien ya tiene experiencia en sets fríos como el de Los ocho más odiados (2015) donde descubrió que puede soportar hasta -17 °C.
“He hecho varias películas bajo cero y nunca es fácil para mí. Lo disfruto y me divierto mucho porque la única nieve que había visto de joven, creciendo en Ciudad de México, era la del Ajusco, algunas veces”, compartió.
Además, la nieve se vuelve un personaje más dentro de Teléfono negro 2, al condicionarlos en su actuación y en colaboración con la producción.

“Es muy entrañable, siempre recuerdo los rodajes así, a pesar de que tienen un reto importante, sobre todo porque es parte de la misma historia —destacó Bichir—. Entonces, lo que sucede con los vestuarios, con los sets que construyen los departamentos de diseño de producción y de arte, hacen más fácil tu trabajo, pues te ayudan a compenetrarse de inmediato en las secuencias que debes hacer cuando estás en medio de la nieve real”, explicó.
Claves
Miguel Cazarez Mora regresa a la saga como Ernesto Arellano, hermano menor de Robin Arellano a quien interpretó en la primera entrega.
Es la tercera colaboración entre el director Scott Derrickson y el actor Ethan Hawke que comenzó con Siniestro (2012).
CST