Con una sólida trayectoria que abarca décadas como actor, Daniel Giménez Cacho da un giro importante a su carrera al asumir el rol como director en Juana, una historia que se adentra en la complejidad del oficio periodístico y en el costo humano de ejercerlo en México, un país donde informar puede significar enfrentar la violencia, la censura y el silencio.
Desde la mirada íntima de su protagonista, el actor y ahora cineasta reflexiona sobre la ética, la valentía y la vulnerabilidad de quienes buscan la verdad, a pesar del miedo.

Así presentó Daniel Giménez Cacho su primera película como director
“Son temas que me llegan personalmente desde niño, cuando vas creciendo ves que México es uno de los países más violentos del mundo para ejercer el periodismo y siempre me pregunté ¿por qué una persona pone en riesgo su vida para hacer su trabajo?”, dijo Giménez Cacho.
“Es una profesión difícil. Le asesinan compañeros, los amenazan, los persiguen, no es un lugar para hacerse ricos. Y ese fue para mí el corazón de esta película, reflexionar sobre ello, abrir el debate. Claro que hay más subtemas, como el del silencio, que me parece un tema importante, ver cómo el silencio nos mata, algo se muere adentro cuando guardamos silencio”, agregó el debutante en dirección, respecto a los temas que trajo a su ópera prima.

Giménez Cacho, quien ha trabajado bajo la dirección de cineastas como Arturo Ripstein, Alejandro González Iñárritu, Lucrecia Martel y Alfonso Cuarón, reconoció que la experiencia detrás de cámara fue un proceso complejo, pero profundamente formativo, “como actor eres la cereza del pastel, todo está puesto para que llegues y hagas lo tuyo, pero aquí los procesos son muchos: conceptualizar, preparar, soltar las pretensiones”, dijo el director.
Después, “llega el montaje, y fue ahí donde el editor transformó la película, la volvió tres veces mejor. Eso solo sucede si abres la puerta a la colaboración”, dijo Daniel, sobre esa colaboración que también se extendió al elenco, integrado por Diana Sedano, Emma Beltrán y Margarita Sanz.
Fue Sanz quien describió esta historia como “un homenaje a los periodistas asesinados, pero también a las mujeres que han sido violentadas o silenciadas”.
Para Giménez Cacho, Juana es también una búsqueda personal y espiritual, el actual estado de su vida. “Me interesan las historias donde hay un crecimiento espiritual profundo, donde las experiencias de vida nos hacen crecer y desarrollarnos”, dijo sobre este nuevo paso en su carrera.
“Ya es el último acto, me quedan 25 años, siendo optimistas, es una búsqueda que tengo de ampliar, entender a qué venimos al mundo”.
hc