Este domingo, el Querétaro Open presentado por Mexcovery conocerá a su primera campeona. Dos jóvenes con hambre de gloria, la checa Sara Bejlek y la estadounidense Katrina Scott, protagonizarán una final inédita en el Club Campestre, tras recorrer caminos muy distintos hacia la definición del título.
Scott, de 21 años, llegó a la final con las piernas exhaustas pero el espíritu encendido. La angelina necesitó tres horas y tres minutos para derribar a la belga Hanne Vandewinkel en una batalla de desgaste que terminó 6-7 (5), 6-2 y 7-5. Fue un partido donde la estadounidense tuvo que remar contra corriente y sacar fuerza de donde ya no había. “No puedo creerlo, es mi primera final de WTA. Estoy muy contenta, me siento fresca y creo que puedo hacer cualquier cosa”, dijo después, todavía incrédula, con el sudor seco y la sonrisa intacta.
Del otro lado, Bejlek, número uno del torneo y una de las joyas más prometedoras del tenis checo, avanzó sin titubeos. Derrotó con autoridad a la italiana Martina Colmegna por 6-3 y 6-2, mostrando un tenis compacto, maduro y agresivo. A sus 19 años, Sara buscará su tercer título WTA 125 del año, tras conquistar Rende y Makarska y el cuarto en su carrera. “Soy una mejor jugadora, creo que lo demostré y veremos qué pasa mañana”, dijo con la serenidad de quien sabe lo que tiene entre manos.
Bejlek y Scott nunca se han enfrentado, pero sus trayectorias hablan por sí solas: una, la checa precoz que ya roza el top 100 mundial; la otra, la estadounidense que ha aprendido a sobrevivir a los torneos más duros y que llega a Querétaro buscando su consagración.
Dos estilos, dos historias y una misma obsesión: ganar. Porque este domingo, bajo el sol queretano y sobre la tierra que exige resistencia y cabeza fría, sólo una de ellas saldrá con el trofeo entre las manos y con el futuro abriéndose a sus pies.
MGC