La lucha libre mexicana se alista para vivir una de sus noches más emotivas con la despedida de Fuerza Guerrera, uno de los rudos más emblemáticos de las últimas cinco décadas, quien tras 51 años de trayectoria profesional y 48 como el “Mosco de la Merced” dará su última función el próximo 28 de septiembre, una cartelera épica en la que su heredera, la Hija de Fuerza Guerrera, será quien continúe con el legado, ese que se formó con pasión y sacrificio.
Nacido en la Ciudad de México y debutante en 1973, Fuerza Guerrera construyó una carrera portando la máscara que lo volvió inmortal, a la que antecedieron tres años de preparación en el gimnasio aprendiendo la disciplina y los secretos del pancracio.

En ese recorrido logró triunfos memorables, rivalidades históricas y el respeto de la afición, pese a portar siempre la bandera del bando rudo, elegante e indomable, razón por la que compartió detalles de su carrera a MILENIO-La Afición.
“Sí, será la última caída”, expresó con nostalgia al anunciar su retiro. “Es momento de dar las gracias a la vida, a Dios, al personaje, y tener un poco de paz y tranquilidad. Esta carrera es muy agitada, siempre de un lugar a otro, de un avión a otro, luchando semana tras semana. Ahora quiero un poco de calma después de tantos años”, dijo el gladiador.

Un rival elegante
Fuerza Guerrera es recordado por sus intensas rivalidades con Octagón, Atlantis, Blue Panther y el Hijo del Santo, combates que marcaron una época dorada de la lucha libre en los años ochenta y noventa.
Entre sus logros más destacados se cuentan las máscaras que arrebató a personajes como Cachorro Mendoza, Gallo Tapado, El Cóndor, El Flanagan y Atlántico, así como cabelleras de luchadores de renombre como Heavy Metal, Juventud Guerrera y El Dandy.

Una máscara invaluable
El diseño de su máscara, creación original de Ricardo Morales con inspiración en Star Wars, evolucionó hasta consolidar un estilo único. “El rojo simboliza el fuego y la pasión, el azul la paz y la libertad, y el negro la partida final, la oscuridad. Es una máscara con mucho simbolismo para mí, que me ha acompañado toda la vida”, explicó.
A lo largo de su trayectoria, el llamado “Mosco de la Merced” conquistó títulos importantes como el Campeonato Nacional Ligero, el Campeonato Mundial de Peso Medio de la UWA y el Campeonato Mundial de Peso Wélter de la WWF en su paso por empresas internacionales. Su estilo recio, técnico y sin concesiones lo hizo un referente natural del rudo mexicano.
“Yo no soy un rudo fingido. No exagero ademanes ni hago vulgaridades. Soy natural y la gente se dio cuenta de eso. Con los años me han valorado y reconocido por el esfuerzo y por dar un espectáculo de calidad. Por eso, aunque soy rudo, también me aclaman”, relató sobre la conexión especial que desarrolló con la afición.

Para su despedida en la Arena CdMx, Fuerza Guerrera convocó a grandes figuras de la escena independiente como Rush, Fresero Jr., Demonio Infernal y La Porcusa Extrema, además de la presencia de dinastías históricas como los Alvarado. Aunque admitió que le hubiera gustado compartir el cartel con rivales legendarios como Octagón, Hijo del Santo o Dr. Wagner Jr., reconoce que “el elenco que está, es el que tiene que estar, muy completo y con espacio también para el talento joven”.
El orgullo como padre
Uno de los momentos más emotivos será la presencia de su hija, la Hija de Fuerza Guerrera, quien con cinco años de trayectoria buscará consolidar su nombre en la lucha libre. “Es un orgullo muy grande que mi papá sea luchador con una gran trayectoria. Es un compromiso conmigo, con la gente y con él”, confesó.
La joven gladiadora recuerda su niñez entre arenas, funciones y viajes. “Yo viví toda mi vida viendo a mi papá luchar. Un recuerdo muy fuerte fue verlo sangrar mucho en una función, yo tenía como cuatro o cinco años. Mi mamá me tranquilizaba diciéndome que era parte de su trabajo. Desde entonces comprendí lo que significaba ser hija de un luchador”, relató.

Su camino al cuadrilátero comenzó casi en secreto. Fue gracias a su hermano mayor que se animó a entrenar sin decirle nada a su padre. “Al principio me dolía todo, pero después me di cuenta de que era lo que quería. Me presenté en el aniversario 40 de mi papá y fue una sorpresa para él. Nunca se imaginó que yo seguiría sus pasos”.
Hoy, la Hija de Fuerza Guerrera enfrenta no solo a rivales en el ring, sino también a las críticas y envidias de quienes aseguran que su lugar se debe al apellido. “Lo que no saben es que es más pesado cargar con un nombre consagrado, porque tienes que entrenar el doble y ser mejor para demostrar que estás ahí por mérito propio”.
El mayor consejo de vida
El consejo de su padre ha sido claro: respeto, disciplina y entrega. “Le digo que nunca deje de entrenar, que respete el ring y al público, que se prepare siempre más. Esta carrera es muy dura, pero con esfuerzo se puede llegar lejos”, afirmó Fuerza Guerrera.

La última lucha del “Mosco de la Merced” marcará el cierre de un ciclo y el inicio de otro. Un retiro que no significa olvido, sino la consolidación de una leyenda que seguirá viva en la memoria de la afición y en el legado que continúa su hija. Como él mismo lo resume: “Son ciclos de la vida, y ahora es tiempo de dar las gracias”.
CIG