La oportunidad para Marco Antonio “Chima” Ruiz de dirigir a la Jaiba Brava del Tampico-Madero, el equipo que le abrió las puertas al futbol mexicano profesional, trae consigo muchas historias, desde sus inicios pero también una experiencia de vida, como fue sobreponerse a una fuerte lesión cuando su carrera despegaba.
Esa anécdota, la fractura de tibia y peroné sufrida en aquel juego ante Leones Negros de la Universidad de Guadalajara en la temporada 1988-89, causada por el defensor Fernando Quirarte, sigue entre lo más comentado a la fecha en la zona sur de Tamaulipas, pero para el ahora estratega celeste quedó en el pasado.
A ese grado confesó en entrevista para La Afición, rechazó cualquier rencor y mira hacia adelante, disfruta el momento y ese es entrenar al club celeste rumbo a la nueva aventura llamada Clausura 2025 de la Liga de Expansión.
¿Qué recuerdos vienen cuando pisas la cancha del Estadio Tamaulipas?
“Pasan muchas cosas por mi cabeza, aún no he entrenado, lo pisé un par de ocasiones y la primera ocasión llegaron a la mente recuerdos muy bonitos, lo que viví en mi juventud, mi adolescencia, mi debut con la grada llena y siempre apoyando, con un equipo que daba espectáculo. Son los sentimientos que provocan venir de nuevo a esta cancha”.
¿Son los flashbacks cuando Carlos Reinoso te dio la oportunidad?
“Todo esos recuerdos llegan, desde aquel día que vine con un equipo de barrio a jugar al Tamaulipas, el día que me llamó Reinoso, cuando debuté y el primer gol. Eso me satisface y me trae buenas sensaciones”.
Después de eso sucedieron varias circunstancias, la franquicia se vende y te vas contratado por Tigres. ¿Con qué sensación te quedaste?
“Me hubiera gustado que el proyecto del futbol acá hubiera seguido, estar más tiempo en mi casa, con mi gente, mi familia, que mis padres me vieran jugar cerca, luego se dio pero en otros clubes, pero parte de tomar este reto es regresar a mi esencia, mis cimientos y retribuir un poco lo que este equipo me dio”.
Los aficionados recuerdan esta temporada 1988-89, un torneo donde ibas en ascenso pero pasó una fuerte lesión. ¿Qué piensas ahora tras lo acontecido en ese partido ante Leones Negros?
“Son circunstancias del futbol, anécdotas y están en el pasado, no puedo vivir en ello, me enfoco en el presente, en vivir y disfrutar lo que tengo ahora. No le guardo rencor a nadie, las cosas no pasan por algo, sino para algo y me ayudó a valorar mi profesión. Disfruté los siguientes años después de la lesión, sabiendo que en cualquier rato te puede suceder. Me ayudó a crecer, no me gusta ver lo negativo, sino la parte positiva y al final son experiencias de vida”.
¿Alguna vez Fernando Quirarte se te acercó para hablar de ese tema?
“No, pero no tengo ningún problema con él. Hemos platicado, estado ahí, por supuesto no somos amigos, sin embargo, no le guardo rencor a nadie, me enfoco en lo que me interesa, mi entorno y en este caso mi profesión”.
En esa experiencia que fue esta lesión y la manera cómo la superaste, ¿Qué le puedes decir a un jugador cuando pasa por esto, la forma de salir adelante?
“Al final de cuentas esas lesiones te ayudan a crecer y darte cuenta de algo: lo más importante es la familia. En ese tiempo era un ídolo de la afición, tenía invitaciones por todos lados y al final cuando te pasa esto, dejas de aparecer y de jugar, los únicos detrás de ti y su soporte son tu familia. Eso te impulsa cuando llegas a la cima y darte cuenta quiénes están a tu lado”.
Ahora, la Jaiba Brava te da la oportunidad de seguir profesionalmente como director técnico. Fuera de la exigencia de un equipo que siempre quiere ser protagonista, ¿cómo tomas esto?
“Es un reto profesional más en mi carrera, muy especial por ser el club que me abrió la oportunidad en esta profesión, con un camino largo entre jugador y entrenador. Trato de corresponder a su confianza, lo haré de la mejor forma, como si estuviera en Primera División y con mucha intensidad. Encuentro un grupo muy bueno en la parte humana y con un deseo de revancha porque se quedaron a un pasito de la Liguilla el torneo pasado, la vamos a buscar con todo pero ir paso a paso. Hay que conocerlos, evaluarlos, instalar mi filosofía y mi idea de juego, como reforzar ciertas áreas para competir”.
¿Y es una revancha personal para ti?
“No, más como revancha para mí es una gran oportunidad de crecer y aprender. Todas y cada una de las experiencias me han servido, te puede ir bien o mal porque así es el deporte, ganas o pierdes, pero te deja una enseñanza y son más las cosas buenas vividas en esta carrera”.
Desde tu arribo recibiste un cariño grande de la gente por el recuerdo de verte jugar con la Jaiba Brava en tus inicios. ¿Esto refuerza el compromiso rumbo al torneo por venir?
“Por supuesto. Me ha dado gusto en estos días la aparición personas en los entrenamientos sin tiempo de ver o saludar, que formaron parte de mi crecimiento como futbolista, pero también es la responsabilidad que no rehuyo porque he estado acostumbrado a estar en este tipo de escenarios de exigencia y estoy preparado”.