Fue el primer campeón y esta noche, la Jaiba Brava del Tampico-Madero recuperó el trono. El primer objetivo de la nueva administración se cumplió, lograr el título de la Liga de la Expansión en una noche tensa, dramática, digna de Hollywood, imponiéndose a los Freseros del Irapuato con un gol tardío que vale la gloria.
Se culminó un año épico para la franquicia más ganadora de Tamaulipas. Repitió ante el mismo escenario y rival, 31 años después, ganar una corona en patio propio, alentado por casi 20 mil almas abarrotando el Estadio Tamaulipas.
Empata al Tapatío como segundo máximo ganador de la categoría y amenaza al Atlante con alcanzarlo.
La Jaiba Brava arranca con ofensiva agresiva e Irapuato responde al equilibrio
Los porteños decidieron irse más agresivos desde el planteamiento. Sus mejores elementos y de experiencia en el ataque fueron enviados de arranque, con Alonso Escoboza, Eduardo Edú Pérez y Misael Pedroza, nuevamente dos puntas en la ofensiva. En tanto, los visitantes manejaron el mismo once estelar.
Esa agresividad estuvo por centímetros de reflejarse en la pizarra en el minuto 8. Individualidad de "Edú" cuyo centro pasa de largo, lo recupera Oliver Pérez y la cede a Edson Torres. De frente, quiso colocarla pero fue tanta que salió ligeramente desviado del poste derecho de Humberto “Gansito” Hernández. Se fue una clara al local.
Entonces la Trinca equilibró las acciones. Juan Gamboa, Juan Pablo Rangel y Jassiel Ruiz empezaron a tener más la pelota, teniendo más oportunidad el paraguayo Julio Doldán de servir alguno de los arribos, terminando ciertas jugadas de peligro con disparos de media distancia, aunque sin una clara sobre la meta de Gerardo “Kampa” Ruiz.
Un primer tiempo cerrado y un complemento con oportunidades más claras
Hacia la primera mitad el trámite resultó muy cerrado, una auténtica copia de la ida en el Sergio León Chávez. Los guanajuatenses quisieron pero no tuvieron variantes explosivas, mientras los porteños trataron de cazarlos con un contragolpe, causando varios intentos pero la imprecisión les falló y ahogaron las opciones de tirar a la meta.
En el segundo tiempo la pelota tuvo un vaivén en la posesión del esférico. Los tamaulipecos fueron más en donde aparecieron un par de ocasiones José Clemente por la izquierda, ambas amenazantes pues estuvo cerca de la puerta de “Gansito”, ligeramente desviados.
¿Cómo se vivió la tensión del segundo tiempo?
El juego tenía mejores momentos. En el 58 Doldán se perdió una clara en el área y un cabezazo que no le dio dirección adecuada tras el servicio de Raúl Sandoval; dos minutos después, otra vez pudo Edson Torres disparar frente al arco rival pero salió directo a las manos de Humberto Hernández. Gansito mantuvo vivo a su equipo en el 69, al atajar un disparo raso y potente de Oliver Pérez
Marco Antonio “Chima” Ruiz decidió empezar a quemar naves y ser el hombre de arriesgar desde la banca. Modificó la línea defensiva sacando a José Alberto López para meter a Cristian “Guerras” González y jugar con un solo punta, sacrificando a Pedroza y darle entrada a Néstor Corona.
La tensión estaba en un punto alto. Una amplia mayoría pero con un numeroso grupo y ruidoso de fanáticos irapuatenses, gritaban al máximo mientras en la cancha nadie encontraba soluciones para romper ese hilo delgado.
Un penal en el cierre rompe el cero y desata la fiesta celeste en el Estadio Tamaulipas
Tan fino estaba que cuando Escoboza culminó una contra sacándose a Gansito, este último derribándolo y decretándose la pena máxima, explotó la grada. En el 87, el experimentado mediocampista lo ejecutó con solvencia y romper un cero que parecía eterno.
La Trinca trato más con ganas que con fútbol buscar la desesperada igualada. Todos fueron servicios estériles que terminaron en las manos de “Kampa”.
Hoy no hay duda alguna: la Jaiba Brava mostró por qué es el más grande de Tamaulipas. Los trofeos hablan, pero el proyecto va más lejos y eso solo es un paso, lo dijeron los empresarios.
AA